Existen dos puntos principales a considerar cuando tenemos enfrente de nosotros una ilustración. Quién creó la misma y qué método artístico usó para ello.
Ilustradores
El trabajo de un ilustrador puede tener un gran impacto en el valor de un libro y en su atractivo, así como en la demanda del mismo por parte de los coleccionistas. Las verdaderas primeras ediciones son generalmente las más solicitadas pero una obra ilustrada por un artista destacado puede convertir una edición mucho más tardía en muy valiosa. Algunos buenos ejemplos podrían ser la reedición de 1935 del Ulises de James Joyce con ilustraciones de Matisse o las del Quijote ilustradas por Dalí.
Si va a construir su colección alrededor del trabajo de un ilustrador específico, es acertado invertir en una buena bibliografía o, incluso, en múltiples bibliografías, y familiarizarse con recursos online como la Biblioteca Digital Europe, worldcat.org o la Biblioteca digital de la Biblioteca Nacional de España.
Hay una amplia gama de famosos ilustradores de libros que atraen coleccionistas Kay Nielsen, Edmund Dulac, Arthur Rackham, Luis Royo, Vicente Segrelles o Antonio Mingote, son sólo unos pocos de los nombres conocidos por los coleccionistas de libros.
Métodos ilustrativos
Se puede decir mucho sobre un libro a partir del método en que sus ilustraciones fueron creadas. Algunos coleccionistas se enamoran de la forma en que luce una ilustración conseguida mediante un determinado método y comienza a buscar a propósito ese tipo de dibujos. Aquí podrá encontrar un resumen de alguna de las técnicas ilustrativas más conocidas:
Dibujos realizados a mano
No es muy común encontrar imágenes realizadas a mano en los libros, sencillamente porque lleva mucho tiempo reproducir cada página. Bocetos dibujados a mano, acuarelas, pinturas y caligrafía están casi siempre reservadas a ediciones limitadas y libros de arte especiales.
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Xilografía
La xilografía es una técnica de impresión con plancha de madera. El texto o la imagen deseada se tallan a mano con una gubia o buril en la madera. Se utiliza habitualmente una sola matriz (o taco) para cada página. A continuación se impregna con tinta y presionándola contra el papel se obtiene la impresión del relieve. Existen dos tipos:
1. Xilografía al hilo La superficie de grabado está cortada en paralelo a las fibras del tronco. Éste método es propenso a la aparición de nudos y fibras irregulares con el consecuente problema para la impresión. Se suelen utilizar maderas blandas para realizar este proceso. Las primeras ilustraciones impresas fueron conseguidas a través de este método. Empezaron en Europa sobre el final del S.XIV y en el S.VIII (o incluso primero) en Asia oriental.
2. Xilografía a testa Este proceso es un concepto similar al anterior excepto por el hecho de que se usa una madera más dura y la superficie de grabado está cortada en perpendicular a las fibras del tronco. La madera más dura hace el proceso más difícil pero permite un mejor grado de detalle en la impresión final.
El grabado en madera fue pionero a finales del S. XVIII y continúa siendo usado hoy.
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Grabado calcográfico
El grabado calcográfico es una de las técnicas de impresión más empleadas, en la cual las imágenes son resultado de la estampación, mediante una prensa o tórculo, de una plancha o lámina metálica en la que se han realizado incisiones para contener la tinta que se fijará al papel. Una vez obtenida dicha matriz puede repetirse la operación un número más o menos determinado de veces. Las formas más tempranas de grabado (hacia 1500) se preparaban en placas de cobre, y por extensión empezó a ser usado para los grabados en todos los metales. Algunos tipos de impresiones derivadas del grabado calcográfico son el grabado al aguafuerte, el grabado al aguatinta y el grabado a media-tinta.
Grabado al aguatinta
Proceso de grabado en hueco que se utiliza generalmente en combinación con otras. Para crear un grabado al aguatinta, se rocían con resina ciertas zonas de la lámina y se calienta ésta para que la resina quede adherida. A continuación se sumerge la lámina en un ácido suave que disuelve la superficie en las zonas que no están cubiertas por la resina. Si el artista quiere que, una vez terminado el grabado a la aguatinta, algunas zonas queden más oscuras que otras, expondrá éstas a una acción más prolongada del ácido que acabará picándolas y así retendrán mejor la tinta. El resultado es un grabado de múltiples profundidades con un aspecto acuoso que varía en los tonos.
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Grabado a media tinta
Es un tipo de estampación realizado por el método del grabado en hueco que logra reproducir matices y claroscuros. Se logra haciendo rugosa la superficie de la plancha con pequeños puntos. Para lograr el granulado de la misma se utiliza el graneador y el berceau (o raedor), y se consiguen los blancos sobre el negro utilizando bruñidores y rascadores. También recibe el nombre de "grabado a la manera negra".
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Grabado al aguafuerte
Esta técnica se realiza mediante planchas o láminas metálicas que se recubren de una fina capa de barniz (generalmente compuesto de Betún de Judea y Cera de abeja) con el objetivo de proteger la plancha de los ácidos. Posteriormente el ilustrador dibujaré con un estilete de punta cónica muy afilada en esta capa de barniz, para finalmente rociar la plancha con ácido, que corroe el metal no barnizado haciendo visible el motivo.
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Litografía
Inventada en 1796 por el alemán Aloys Senefelder, para su realización se utiliza una piedra caliza pulimentada sobre la que se dibuja con un material graso (bien sea un lápiz o un pincel) la imagen a imprimir (de forma invertida). Este proceso se basa en la incompatibilidad de la grasa y el agua. Una vez la piedra humedecida, la tinta de impresión solo queda retenida en las zonas dibujadas previamente. Entonces cuando el papel se aprieta contra la piedra una imagen del dibujo del artista en tinta queda grabada en él.
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Cromolitografía
Siguiendo el camino marcado por la litografía, la cromolitografía nació hacia 1835 de la mano de Godofredo Engelmann, como una forma sencilla de hacer dibujos de colores. Se trataría de la reproducción litográfica en colores. Se hacen tantos dibujos sobre papel o placa como tintas se consideren necesarias para la reproducción. El registro se obtiene realizando sobre el papel de cada color la correspondiente cruz de registro.
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