La editorial italiana Rizzoli ha lanzado una nueva edición del Codex Seraphinianus, considerado por muchos el libro más extravagante del mundo. Podría definirse como una suerte de enciclopedia de un mundo imaginado por su autor, Luigi Serafini. Para mayor desconcierto —y atractivo—, el libro está escrito en un idioma inexistente y, según el propio Serafini, indescifrable. Desde que fuera publicado en 1981, el Codex Seraphinianus ha despertado la curiosidad de la comunidad lectora hasta el punto de alcanzar un valor de miles de euros las versiones firmadas.
Para entender su éxito, así como su mérito, lo más aconsejable es echar un vistazo a sus increíbles y sugestivas ilustraciones, de una imaginación desbordante. Es un libro que se concibe como una obra de arte en sí misma puesto que, en lugar de leerlo, se contempla. Serafini pone ante el lector 360 páginas que no significan nada y a la vez rebosan personalidad; hay algo que las une. De hecho, aunque no podamos entender nada de lo que está "escrito", el Codex Seraphinianus se divide en once capítulos, cada cual con su tema: flora, fauna, máquinas, cuerpo humano, arquitectura, costumbres…
Serafini explicó en 2009 que para escribirlo utilizó un método similar a lo que se conoce como "escritura automática", es decir, inhibir la consciencia y dejar que los pensamientos fluyan sin sentido aparente. Según explicó, con su extraño alfabeto quería transmitir al lector la sensación que siente un niño delante de un libro que no puede leer, pero que sabe que encierra algún sentido para los adultos. Distintos estudiosos han intentado sin éxito descifrar el extraño "idioma", consciente o no, empleado por el autor italiano. Tal vez lo más apropiado sea dejarnos llevar por la magia de esta obra y dejar que despierte esa inocencia e imaginación propia del niño, que se fascina por aquello que en realidad no comprende, sin sentirse extraño por ello.
Esta nueva edición del Codex Seraphinianus contiene nuevas ilustraciones y comentarios de su autor, y ha sido publicada a un precio más reducido que en ocasiones anteriores. ¿Se atrevería a regalárselo a alguien?