El autor británico J.R.R. Tolkien cambió nuestro mundo al crear un mundo imaginario. Cuando El Hobbit se publicó por primera vez en 1937, el género fantástico no era una novedad: Edgar Allan Poe, Oscar Wilde y L. Frank Baum ya habían escrito obras que se podrían encuadrar en este género. Sin embargo, Tolkien fue el primero en escribir dentro de la llamada "alta fantasía". Los autores de alta fantasía crean un nuevo mundo con elaborados detalles históricos que giran en torno a personajes, lugares, paisajes y culturas.
Tolkien no esperaba que sus historias tuvieran popularidad. Escribió El Hobbit para sus hijos, pero sirvió para dar a conocer la Tierra Media a millones de lectores. El Señor de los Anillos es una lectura más desafiantemás. Es una trilogía llena de historias de fondo entrecruzadas, culturas entremezcladas y jerarquías antiguas que poco a poco desaparecen. Es la historia del bien contra el mal, de lo antiguo contra lo nuevo.
Sus libros no se convirtieron en verdaderos bestsellers hasta la década de 1960, cuando las ediciones de tapa blanda en Estados Unidos, y la cultura de la libertad y la creatividad hicieron que la alta fantasía fuera más atractiva para el público en general.
Tolkien era un experto en lenguaje, mitología y leyendas. También sabía cuáles eran los elementos básicos de una buena aventura: un viaje épico, pruebas de fuerza e inteligencia, personajes imperfectos y la confrontación final. Con su trabajo, Tolkien allanó el camino para innumerables autores modernos que crean nuevos mundos con sus historias de fantasía.