Jaime Miguel Andrade Bejar
EL ESCRITOR ES UN PIRATA
Se acomoda a bordo de sus placeres, y los disfruta obscenamente, guarda sus demonios,sus carencias, sus cojeras y miopías, bajo el grueso sobretodo de su verborrea procaz, se piensa encantador y se pavonea tras las palabras,asusado, espoleado por el valor sobrenatural de media pinta de ron con cola, blande su espada con destreza e impudicia frente a sus amigos, como un símbolo fálico de agudezas, malas palabras y diatribas esplendorosas, altisonantes, exageradas y mentirosas.
Arremete feroz y heroico contra sus recuerdos,sus carencias, sus verdades y las somete mutándolas cual alquimista en aventuras no vividas, en cuentos alegres de germen triste, en novelas poderosas paridas por la pluma de un débil.
Y entonces, pierde sus batallas, pierde una mano y la suplanta con un gancho filoso intimidante, pierde una pierna y se pone una de palo de Guayacán incorruptible, pierde un ojo y le pone un parche tratando de dejar libre al que solo ve felicidades.
Y encanta a la audiencia como un bardo épico, que cuenta y escribe heroicidades de tinta, en las que gana batallas perdidas, conquista mujeres ajenas, se lanza a las jarcias del enemigo y revienta su Santabárbara con el fuego contaminante de su lengua.