�ngel Fern�ndez-Santos escribe sobre La buena vida . La buena vida, pel�cula completamente hermosa y emocionante, donde corre y se desborda -con el a�adido de dificultad de que David Trueba ahora es tambi�n quien la materializa en im�genes- esa ant.

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Detalles bibliogr�ficos

T�tulo

LA BUENA VIDA

Editor

PLOT EDITORIAL

Fecha de publicaci�n

1996

Idioma

Ingl�s

ISBN 10

8486702399

ISBN 13

9788486702397

Encuadernaci�n

R�stica

Edici�n

01.

Estado

New

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Nuevo

Tipo de libro

LIBRO

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CINE.

Acerca de

Sinopsis

�ngel Fern�ndez-Santos escribe sobre "La buena vida" �... "La buena vida", pel�cula completamente hermosa y emocionante, donde corre y se desborda con el a�adido de dificultad de que David Trueba ahora es tambi�n quien la materializa en im�genes esa antigua agua que crea sed en vez de calmarla y en la que flota la escurridiza materia de que est� hecho el talento, la capacidad de algunos humildes -el �nico abono imprescindible para que el talento aflore es la humildad- jugadores a dioses que les permite dar forma a lo informe, hacer luz con sombr�o, convertir lo duro en tierno y lo inefable en dicho. Los ojos del instinto David Trueba es un cineasta de esta gran estirpe. Las porosas, vivas pese a ser mortecinas -pues sonriendo nos cuentan que bajo el despertar del sexo asoma el hocico la primera percepci�n de la muerte-, im�genes por donde discurre "La buena vida" son indicio de que detr�s de ellas hay un artista capaz de situar su oficio a la altura de los ojos de su instinto y que por ello puede y logra apretar en un relato sencillo much�simas complejidades. ... Y que introduce en una f�bula amarga la presencia de lo dulce y lo amable: ese choque de sabores y sensaciones encontradas (y sin embargo en desconcertante acuerdo) que plasmadas en una pantalla humedecen con l�grimas la sonrisa que provocan. Es este glorioso acuerdo de contrarios algo que �nicamente crea la presencia en una pantalla de aut�ntica gente viva, que no conocemos pero que inesperadamente (albergados fuera y hechos cosa) reconocemos sorprendidos, conmovidos, agradecidos. Y "La buena vida" es toda alma. �Hay un maestro detr�s de ella? Lo hay, aunque David Trueba es casi un ni�o en un oficio para curtidos. Crea verdad, ternura y elegancia. Nos reconcilia con nuestros desacuerdos, nos recuerda los olvidos y logra hacernos literalmente volar con sus fantasmas �ntimos sobre los techos de Par�s. Es due�o del misterio del talento y su don de la sencillez deja la puerta abierta a la esperanza de que siga siendo humilde y ahonde en el creador ing�nito que lleva dentro.� El Pa�s a 18-12-1996

Rese�a del editor

�ngel Fern�ndez-Santos escribe sobre "La buena vida" �... "La buena vida", pel�cula completamente hermosa y emocionante, donde corre y se desborda –con el a�adido de dificultad de que David Trueba ahora es tambi�n quien la materializa en im�genes– esa antigua agua que crea sed en vez de calmarla y en la que flota la escurridiza materia de que est� hecho el talento, la capacidad de algunos humildes -el �nico abono imprescindible para que el talento aflore es la humildad- jugadores a dioses que les permite dar forma a lo informe, hacer luz con sombr�o, convertir lo duro en tierno y lo inefable en dicho. Los ojos del instinto David Trueba es un cineasta de esta gran estirpe. Las porosas, vivas pese a ser mortecinas -pues sonriendo nos cuentan que bajo el despertar del sexo asoma el hocico la primera percepci�n de la muerte-, im�genes por donde discurre "La buena vida" son indicio de que detr�s de ellas hay un artista capaz de situar su oficio a la altura de los ojos de su instinto y que por ello puede y logra apretar en un relato sencillo much�simas complejidades. ... Y que introduce en una f�bula amarga la presencia de lo dulce y lo amable: ese choque de sabores y sensaciones encontradas (y sin embargo en desconcertante acuerdo) que plasmadas en una pantalla humedecen con l�grimas la sonrisa que provocan. Es este glorioso acuerdo de contrarios algo que �nicamente crea la presencia en una pantalla de aut�ntica gente viva, que no conocemos pero que inesperadamente (albergados fuera y hechos cosa) reconocemos sorprendidos, conmovidos, agradecidos. Y "La buena vida" es toda alma. �Hay un maestro detr�s de ella? Lo hay, aunque David Trueba es casi un ni�o en un oficio para curtidos. Crea verdad, ternura y elegancia. Nos reconcilia con nuestros desacuerdos, nos recuerda los olvidos y logra hacernos literalmente volar con sus fantasmas �ntimos sobre los techos de Par�s. Es due�o del misterio del talento y su don de la sencillez deja la puerta abierta a la esperanza de que siga siendo humilde y ahonde en el creador ing�nito que lleva dentro.� El Pa�s a 18-12-1996

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Descripci�n de la librer�a

La Librer�a Prometeo nace en un modesto local de la ciudad de M�laga, en 1969, con una vocaci�n de fomento de la cultura. Prometeo es ese h�roe de la mitolog�a griega que pretende construir un mundo a la medida del hombre. En 1975 aparece la Librer�a Proteo. El nombre hace referencia a un dios marino, tambi�n de la mitolog�a griega, caracterizado por sus capacidades adaptativas. El paso del tiempo nos obliga a transformarnos en una empresa cada vez m�s eficiente pero sin menoscabo de su vocaci�n germinal de servicio a la cultura, en un contexto laboral digno y en una pr�ctica de un comercio serio y equitativo. En todo ello seguimos, despu�s de 43 a�os de existencia. Nuestro pensamiento sigue puesto en un buen trabajo, en una actividad de fomento de la cultura y en una presencia perdurable en la ciudad. En el a�o 2004 llevamos a cabo la rehabilitaci�n de la casa donde radica Librer�a Proteo siguiendo criterios ecol�gicos. En esa actuaci�n se descubri� la Torre del siglo XIII de la antigua Puerta de Buenaventura y se integr� en la fachada del edificio y en el interior de la librer�a.

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