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Libros antiguos y de colección
Guía básica para el coleccionista de libros

Tipos de encuadernación

Tipos de encuadernación

La encuadernación de un libro describe el material que se ha usado para hacer las cubiertas del mismo. Los libros pueden ser encuadernados de varias maneras y para ello se pueden utilizar todos los materiales posibles, incluyendo varios tipos de papel, telas, cueros e, incluso, ciertos tipos de metales que aumentan su atractivo estético y/o durabilidad.

La costumbre contemporánea dicta que un libro que conserva sus cubiertas originales es más valioso que la mayoría de aquellos que fueron re-encuadernados a posteriori. La mayor excepción a esta regla la encontramos en el caso de que un libro haya sido re-encuadernado por un encuadernador de renombre con relevancia histórica. Pero en este caso es probable que sea la encuadernación y no el libro lo que sea digno de coleccionar.

Sin embargo, este no ha sido siempre el caso. Durante el siglo XIX la mayor parte de los propietarios de libros sentían que cualquier libro digno de ser conservado merecía ser re-encuadernado (normalmente con algún tipo de cuero) para formar parte de su librería personal. Esto significa que la mayoría de los libros de esa época y anteriores han sido re-encuadernados, lo que hace muy difícil encontrar libros que conserven las cubiertas originales.

Encuadernación en rústica

La encuadernación en rústica es aquella que en lugar de utilizar un material más grueso, se forra el libro con papel (“encuadernación de tapa blanda”). Esta forma de encuadernación se utilizaba con más frecuencia en el S.XVIII para la realización de publicaciones periódicas, folletos, seriales y otros volúmenes finos.

Encuadernación en cartón o "cartoné"

 Es similar a la rústica, pero en este caso en lugar de confeccionar las tapas del libro con papel, se confeccionan con cartón (encuadernación de tapa dura). Los planos interiores de las tapas son de papel y la parte interior del lomo (no aparente, pues está recubierta por el lomo de la cubierta) es de tela, aunque también puede ser de papel.

Tela o tela editorial

Alrededor de 1830, los editores empezaron a encuadernar sus libros en tela como alternativa a las tapas simples. Lo que empezó como una novedad y una forma de publicitar y diferenciar sus libros pronto se convirtió en una norma. Los compradores de libros vieron en las cubiertas de tela una alternativa barata a la re-encuadernación de sus propios libros por lo que el número de personas que re-encuadernaban sus libros para añadir a su biblioteca empezó a caer. Los términos “tela original” y “tela editorial” se refieren ambos a publicaciones donde la cubierta original de los libros era, y continua siendo, tela. Cuando el libro va completamente cubierto de tela recibe el nombre de libro encuadernado en todo tela y cuando solamente se cubre el lomo y las puntas de tela se le da el nombre de encuadernación a media tela.

Holandesa

La encuadernación holandesa se caracteriza por utilizar diferentes materiales en sus tapas. El lomo se forra con piel y el resto de la tapa se cubre con papel o tela. Si además los ángulos del libro van forrados con la misma tela que el lomo, hablamos de holandesa con puntas; mientras que la que cubre de piel la mitad del plano y el lomo es la llamada media holandesa.

Encuadernación en piel o pasta

Las tapas y el lomo están forradas íntegramente por piel, generalmente trabajada. La piel de becerro es la forma más común de encuadernación en piel. Estas cubiertas presentan una superficie lisa y suave sin rugosidades aparentes. Sin embargo también se pueden encontrar encuadernaciones con piel de cabra, cerdo e, incluso, de animales exóticos. Si cumple los requisitos de la holandesa se le puede denominar, también, media piel. Dentro de las encuadernaciones en piel encontramos las siguientes variantes:

Otros tipos de encuadernaciones

En ocasiones podemos encontrar algunas encuadernaciones realizadas con materiales un poco más "fuera de la común". Es decir, encuadernaciones cuyo material principal no es ni piel, ni tela ni cartón. Por ejemplo, en el periodo medieval era muy común la encuadernación de orfebrería, la cuál se realizaba con materiales como el marfil, la plata, las piedras preciosas y los esmaltes.

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