
Una colección no tiene por qué basarse necesariamente en la obra de un autor en particular o en un género determinado. Los libros en sí mismos pueden ser piezas de una belleza extraordinaria y muchas colecciones están articuladas en torno a libros tan sumamente bellos que pueden considerarse obras de arte en sí mismos. El arte y la literatura han estado estrechamente vinculados a lo largo de los siglos, y los artistas pueden desarrollar su oficio y mostrar su talento en la cubierta, en el tejuelo, e incluso en los cortes de un libro.
Encuadernaciones artísticas
La encuadernación de un libro describe el tipo de material usado para hacer las cubiertas del mismo. El trabajo del encuadernador, en principio, es muy funcional, ya que su objetivo principal es cubrir el libro con algún tipo de material que lo proteja. Sin embargo, algunos encuadernadores asumen esta tarea con tal entusiasmo creativo que los coleccionistas se sienten atraídos por sus encuadernaciones por encima, incluso, del contenido literario de dichas obras. Los libros encuadernados por algunos encuadernadores famosos son particularmente coleccionables.
Encuadernadores famosos españoles
Brugalla concibe sus encuadernaciones como obras de arte, cuidando todos sus detalles, esmerándose para que el paso de los años no degrade la calidad de la piel, que el peso del libro no lo desencaje por el lomo, que la obertura del libro sea suave, dulce y sin estorbos., etc. Nacido en Barcelona en 1901, ingresa a los 12 años en los talleres Gibert Reig y Trillas como aprendiz de encuadernador. A principios de 1921 se traslada a París donde entra en contacto con otros decoradores y profesionales del libro. Tras volver a España inicia su relación con la editorial Subirana donde crea una sección de encuadernación artística. Con esta editorial gana el primer premio en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929 lo que le haría mundialmente famoso. En 1931 crea su propio taller a la vez que empieza su afán divulgativo que lo llevará a dar numerosas conferencias a lo largo del planeta y a escribir varios libros.
Fundador del taller "Encuadernaciones Galván" es uno de los encuadernadores españoles más famosos. Miembro de la “Chambre Syndicale de la Reliure” desde 1960 y de la Asociación Internacional de Artistas Europeos de la Encuadernación” desde 1971. Sus trabajos han aparecido en las más importantes revistas especializadas, ganándose el reconocimiento de la crítica. La regencia de su taller (por el cual han pasado los mejores libros que se han impreso procedentes de las mejores bibliotecas del mundo) pasó a manos de sus hijos y actualmente está en poder de sus nietos.
Es uno de los encuadernadores españoles más significativos del siglo XX. Estableció su pequeño taller en 1942 y en él realizó trabajos de lujo para centros oficiales y para célebres bibliófilos, llegando a ser uno de los mejores encuadernadores de toda la historia de este arte en nuestro país. Realizó numerosas obras para los mejores coleccionistas españoles y extranjeros. Sus trabajos llegaron a ser uno de los regalos imprescindibles con los que se agasajaba a los mandatarios extranjeros que llegaban a España. La labor de Palomino se distinguió siempre por su absoluta perfección técnica. Tras varias décadas de trabajo llegó a reunir la segunda colección más importante del país de herramientas de encuadernación (tras la del maestro Brugalla).
Encuadernadores famosos extranjeros
Joseph Zaehnsdorf fue un famoso encuadernador de Budapest que vivió en el siglo XIX y fundó su propio taller de encuadernación en Londres. Recibió una gran cantidad de premios por su labor así como el reconocimiento de la crítica de toda Europa.
El taller de encuadernación Bayntun-Riviere de Robert Riviere se remonta a 1829 cuando George Bayntun y el propio Riviere fundaron un taller de encuadernación deliberadamente "a la antigua", donde los libros eran encuadernados a mano. Hoy en día, este negocio sigue existiendo y es propiedad de su familia. Continúan encuadernando todos sus libros a mano y presumen de tener la colección de herramientas de encuadernación más grande del mundo.
Cedric Chivers fundó uno de los talleres de encuadernación más grandes y famosos de mundo. Al inicio tenía sus empresas y empleados en Inglaterra pero, a principios del siglo XX, se estableció también en Nueva York. El taller "Chset upivers" se hizo famosos, sobre todo, por experimentar con vitela y por el eventual descubrimiento de la "encuadernación con vitela" o "vellucent process". Este proceso consiste en la aplicación de decoración en la cubierta de un libro para más tarde cubrirlo con una fina hoja de vitela transparente que le proporciona un bello aspecto similar al esmalte y a la vez actúa como barrera protectora.
Libros con cortes decorados
Los cortes de un libro son a menudo ignorados en lo relativo a añadir decoración. Como mucho, se les aplica tinta de color o dorada e incluso, a veces, se dejan los bordes sin cortar para darles un aspecto más rustico pero raramente se tiene más en cuenta al modesto canto del libro. No fue hasta el siglo XVI aproximadamente cuando un artista italiano llamado Cesare Vecellio empezó a usar los cantos de los libros como lienzo.
Esta idea caló entre los artistas, que empezaron a mejorar las técnicas de Vecellio descubriendo que si se pintaba en los leves bordes interiores de las páginas y luego se marmoleaban o doraban los bordes exteriores, la escena no se percibía apenas cuando el libro estaba cerrado, pero cuando el corte estaba al bies se desplegaba todo su dibujo. Es lo que se llama marmoleado "bajo el oro".
Libros despegables
La técnica para crear este tipo de libros se conoce comúnmente como "ingeniería de papel" y consiste en plegar, pegar y cortar papel para crear un libro que muestra su texto e imágenes de una forma única. Una de las tareas más comunes de la ingeniería de papel es la creación de pop-ups y móviles. En estos casos, el diseñador crea imágenes tridimensionales que se mueven a la vista cuando el libro se abre o cuando las fichas de extracción se utilizan.
Entre las casas editoras más conocidas destacan la checoslovaca Artia y la americana Graphics Internacional, encargadas de popularizar este arte. Sin embargo, actualmente para hablar con autoridad es necesario referirse al pop up de autor, con creadores como Sabuda, responsable de transformar en papel cuentos como Pop up bichos; Pelham, con títulos como ¡Pum, pam, cataplán! o Carter, autor de Un punto rojo entre otros.