Críticas:
Recomendación de Librosyliteratura.es, escrita por Susana Hernández
Una familia normal, de Santiago Gascón Leí el libro justo antes de iniciar mis vacaciones familiares, y podría haber hecho la reseña esa misma noche. El libro me había gustado mucho, muy en la línea de las publicaciones de Xordica, bueno, de las publicaciones que me gustan, sí, esas historias que parece que puede escribir cualquiera pero que resulta que no es tan fácil una vez que uno se pone a ello. & Como nos marchábamos a Portugal en coche tenía tiempo para indagar sobre si nosotros éramos o no una “familia normal”, pensaba darles una tregua de quinientos kilómetros pero no puede esperar y antes de los cien ya había soltado la pregunta, directa y sin rodeos: ¿Pensáis que somos una familia normal? Ninguna familia que se plantee su normalidad puede ser normal, salvo que uno de sus componentes sea como tu ... & ¡¡¡Madre mía!!! Esto es por lo del libro que tenías encima de la mesilla estos días... Nos has raptado y metido dentro de un coche durante días para poder psicoanalizarnos y escribir luego tu reseña sobre el libro... O puede ser aun peor, quizá incluso te hayas propuesto escribir un libro sobre nosotros... (Risas divertidísimas...) Reíros todo lo que queráis pero Guille contaba que su padre al abrir una cervecita, dijo que eran una familia de chiste. Aunque el creía que eran más bien una familia de teleserie americana barata, y luego dijo que su padre se echó a reír, pero que aquella risa tenía algo de llanto... ¿Quién es Guille? El hijo de Darío y Pepa, también tiene un hermano que se llama Fran ¿Pero los conocemos? ¿Viven en nuestro pueblo? ¡Pero que son los del libro! ¡Ves como por tu culpa no somos una familia normal...! (Muchísimas más risas ...) En serio amigos, esta técnica que utiliza Santiago Gascón es una forma muy interesante de mirarse a uno mismo a través del otro, porque aunque cada familia es distinta, en el fondo todos tenemos mucho en común. Y ese común denominador es el que hace que nos parezca interesante adentrarnos en la casa y en la vida de los otros.Recuerdo que cuando fuimos, hace como unos mil años, al estreno de “El show de Truman”, (¡qué tiempos aquellos en los que podía ir al cine dos veces por semana!), mi hermano dijo algo así como: Esto es muy irreal ¿A quién le puede importar la vida cotidiana de una persona anónima? Yo era de las que opinaba que la película abría un campo muy interesante en el mundo audiovisual, pero quizá no tanto en la literatura, pues a ésta siempre le había sido más fácil mostrar esas vidas anónimas, aunque seguro que incluso en ella habría un paso más allá... Está claro que el éxito de Gran Hermano me dio la razón y me impulsó a ser la Gran (pero pobre) filósofa y Visionaria de Futuro de la familia, eso es cierto, pero es él quien, con los pies en la tierra, se ha convertido en un emprendedor de éxito jejeje Una novela sobre una familia más o menos normal, contada en cuatro voces, las de los padres, Darío y Pepa, y sus dos hijos, Guille y Fran. Todos ellos han sido capaces de conmoverme, porque todos son personajes extrañamente creíbles, todos ellos plagados de debilidades humanas que el autor nos detalla a través de una narración cercana, entretenida y profunda. & Y si eres padre o madre podrás comprobar que, eso inconfesable que pensabas, también lo piensan otros, y esos miedos que te corroen el alma y no te dejan dormir, también los tienen otros, pero que luego resulta que en el día a día quedan difuminados y casi no se notan. Y si eres un adolescente con los padres más extraños del mundo, relájate y piensa que la tuya también es, casi seguro, “Una familia normal”. Susana Hernández
Contraportada:
"Papá se abrió una cerveza y dijo que éramos una familia de chiste. Yo le corregí. Somos una familia de teleserie americana barata. Papá se dejó caer en el sofá y se echó a reir. Pero aquella risa tenía algo de llanto". Necesitamos tanto reirnos, dice el autor al principio de esta novela narrada a cuatro voces, en la que los hijos han recibido su formación directamente de Los Simpson o American Dad. Por eso uno de ellos plantea: "¿Por qué no podemos celebrar Halloween y Acción de Gracias como cualquier familia normal?", mientras el pequeño sueña con tener un perro y un coche. Toda familia se aleja del concepto de familia normal, pero esta no podría ser utilizada como ejemplo por la Conferencia Episcopal. El hecho es intrascendente porque la familia, como la infancia, es un invento moderno y cada cual la construye como puede. Una familia normal es un ejercicio para reirse de sí mismo. Es un pavo de Acción de Gracias en torno al cual cualquier familia puede soltar lo que lleve guardado, abrazarse y despedirse hasta el año próximo. Una terapia que debiera ser declarada de interés para la salud mental.
"Sobre este título" puede pertenecer a otra edición de este libro.