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De España a Estados Unidos de America
Descripción Encuadernación de tapa blanda. Condición: Nuevo. 152 pp. Cuando la artista estadounidense Judy Chicago estaba en la universidad, un profesor dijo que las mujeres no habían contribuido de forma signicativa a la Historia. Su indignación le sirvió como motor para buscar referentes y constatar que esas mujeres no sólo existieron sino que su legado fue borrado del relato histórico patriarcal. Años después, la artista inauguró su instalación más destacada, The dinner party, una gigantesca mesa triangular que convoca a 39 mujeres esenciales de la Historia: literatas como Virginia Woolf, gobernadoras como Teodora, emperatriz de Bizancio, o activistas por los derechos humanos como Sojourner Truth, afroamericana que luchó por la abolición de la esclavitud y que se preguntó qué es ser mujer. Cultura viajera sexista Como en la universidad, el arte, el periodismo, la economía. sucede algo similar en la cultura viajera: la educación sexista y patriarcal ha animado a viajar y a sentirse importantes en ese mundo del viaje mucho más a los hombres que a las mujeres. A pesar de ello, en todas las épocas y en condiciones muy adversas, siempre ha habido muchas mujeres que han desobedecido el tradicional mandato de quedarse en casa, de limitarse al rol de buenas esposas y madres abnegadas, de cuidadoras perfectas para el regreso de hijos y maridos «viajeros». Eso sí, casi ninguna de ellas ha sido reconocida ni recordada de igual manera que los hombres. De hecho, cuando los compañeros sentimentales eran también compañeros de viaje, ellos acababan siendo los célebres y celebrados y ellas, las meras «acompañantes», como nos muestra el caso de la «desconocida» Martha Gellhorn y su gran talento opacado, casi borrado, por la alargada sombra de su pareja, Ernest Hemingway. El viaje, una historia de violencia El lenguaje nunca es inofensivo ni tampoco neutro: las palabras pesan, significan, definen, acotan, discriminan. Cuando decimos «el viajero» (de la misma manera que cuando decimos «reportero»), nos imaginamos un arquetipo: varón, occidental, blanco, más o menos fuerte y, en general, sin discapacidades aparentes o aparentes, presumiblemente heterosexual. Sus características y actitudes en el universo del viaje vienen, además, determinadas por adjetivos como: aventurero, intrépido, osado, atlético. Esto es, en parte, un reflejo de la realidad, pero también es un imaginario, una narración más o menos interesada que refuerza un determinado statu quo y que invisibiliza otras realidades, otros cuerpos, otras miradas, otras sensibilidades «viajeras». Nº de ref. del artículo: DIS9788494609831