Reseña del editor:
"Porque le puso letra a nuestras emociones, porque musicó nuestro fracaso, porque supo vengarnos de los malos amores, por Chavela Vargas, por Lola Beltrán, por Vicente Fernández; porque encarnó el alma de México (lindo y querido) como nadie en este siglo, porque quiso ver, y de qué manera, 'puritito pueblo', porque nos sigue enseñando a querer como tú nos has querido; por Vámonos, por El último trago, por Que te vaya bonito, por el caballo blanco de San Emiliano, porque está más vivo que tantos vivos, porque consuela, porque acompaña, porque redime, por sus clases de llanto, porque no hubo, porque no hay, porque no habrá quien lo calle, porque lo cantó mi padre, porque lo canto yo, porque (ójala) lo canten mis hijos, y los tuyos y los hijos de mis hijos, por ganarle un paso al olvido, por hemosear nuestro idioma, por el tequila con sangrita, por el mariachi, por el Tenampa, por el desgarro, por su elegancia, por su tristeza, por su alegría, porque canta como nunca, porque gana batallas, como el Cid, después de muerto, por su altísimo ejemplo. Porque sigue siendo el rey". Joaquín Sabina
Biografía del autor:
Guanajuato, México, 1926 - Ciudad de México, México, 1973. Cantautor mexicano de rancheras de influencia invaluable sobre el patrimonio musical mexicano, compuso más de mil canciones (como las clásicas Ella, Si nos dejan o El caballo blanco) a pesar de no tener formación musical. Sus rancheras se han popularizado con la voz de aritstas como Pedro Infante, Lola Beltrán, Rocío Durcal, o Joaquín Sabina. Cuando murió, a los 47 años, ya se le consideraba uno de los mejores músicos de la historia mexicana, y su tumba se convirtió en destino de peregrinaje de los aficionados a la música en español.
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