Aforismos - Tapa dura

Gran exégeta de la naturaleza, científico en el arte y en la vida, el pensamiento de Leonardo da Vinci es tan frío como certero. De su mente bulliciosa y genial brotaron miles de reflexiones fragmentadas : máximas, descripciones, fábulas y profecías, muchas de las cuales resquebrajaron transversalmente las mentes bienpensantes de la época. No era fácil por aquel entonces anticiparse a Darwin diciendo que el mono y el hombre pertenecen a la misma especie , o avanzarse a las innovaciones de la telecomunicación profetizando que llegaría un día en que las cartas volarían de una parte a otra del mundo en cuestión de segundos. Leonardo desterró las dudas existenciales de la filosofía y prefirió pasearse por los nimios detalles de la naturaleza intentando desmigajar esos pequeños enigmas que siempre conquistan la curiosidad de los científicos minuciosos. Dejó de lado el pensamiento monolítico de sus predecesores y siguió los pequeños vislumbres de su mente de profeta para perderse en el bosque de ramas del saber e insuflar un poco de aire a muchos de los conceptos sobre física, perspectiva, mecánica o astrología con los que antes pocos se habían atrevido. Como bien anuncia el propio Leonardo a sus lectores : «Que no me lea quien no sea matemático, porque yo lo soy siempre en mis principios» .