Arquitecto y profesi�n. Vol. 1: C�mo conseguir m�s y mejores proyectos (Proyecto y gesti�n) - Tapa blanda

Garcia Mu�oz, Gonzalo; Dols Juste, Ignacio

9788425221491: Arquitecto y profesi�n. Vol. 1: C�mo conseguir m�s y mejores proyectos (Proyecto y gesti�n)

Tapa blanda

ISBN 10: 8425221498 ISBN 13: 9788425221491

Editorial: Editorial Gustavo Gili, S.L., 2007

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Rese�a del editor:

Este libro es una aplicaci�n novedosa de las t�cnicas del marketing de servicios a los despachos de arquitectura. Estas t�cnicas, hoy imprescindibles en cualquier �mbito empresarial, no forman parte de la formaci�n de los arquitectos y, por tanto, no se tienen en cuenta en la mayor parte de los estudios o despachos de arquitectos. Este volumen desarrolla el marketing de servicios aplicado a la arquitectura, con el objetivo de que los arquitectos mejoren el n�mero y la calidad de los encargos y proyectos de su estudio, y puedan competir con ventaja en las nuevas circunstancias profesionales, aprovechando al m�ximo las oportunidades.

Escrito con un estilo ameno y descriptivo, e ilustrado con numerosas y expl�citas im�genes, este libro se dirige a los profesionales de los estudios de arquitectura de cualquier tama�o, pero resulta de especial utilidad para los despachos peque�os y medianos, dirigidos por arquitectos sin una formaci�n empresarial o econ�mica espec�fica. Los estudiantes de arquitectura tambi�n encontrar�n en �l una herramienta excepcionalmente �til para su futuro profesional.

Extracto. � Reimpreso con autorizaci�n. Reservados todos los derechos.:

Texto del pr�logo:

‘Pr�logo

Los arquitectos constituyen un grupo singular entre los titulados espa�oles, ya que res-ponden a un perfil humano caracter�stico y gozan de una fuerte identidad que les sin-gulariza y a�na.

Tienen, por ejemplo, gustos muy definidos, hasta el extremo de que resulta posible, al entrar por primera vez en una vivienda, deducir por su contenido que alguno de sushabitantes es un arquitecto. Comparten un modo apasionado de observar y comprenderla realidad, una gran sensibilidad formal y bastante seguridad en sus propios juicios.

La causa de tal singularidad colectiva es, probablemente, la presencia en su plande estudios de una asignatura cautivadora que ocupa, desde hace generaciones, un ele-vado porcentaje del tiempo lectivo y de trabajo personal de los estudiantes de arquitectura: la asignatura de Proyectos.

Esta asignatura, hacia la que se orientan muchas de las dem�s, consiste en escuchar algo, observar m�s, analizar bastante y trabajar personalmente mucho m�s de loque ning�n otro universitario dedica a cualquier asignatura a lo largo de su carrera,en un proceso creciente y continuo de s�ntesis que tiene una gran eficacia formativa.

Las escuelas de arquitectura han perfeccionado un m�todo muy eficaz para su ense�anza, un m�todo activo que consiste en simular un encargo a los alumnos, quienesdeben preparar un proyecto tras otro a lo largo de los cursos. Los profesores, en lugar de las habituales disertaciones propias de otras asignaturas, pasean entre las mesas de los alumnos comentando con cada uno el desarrollo de su trabajo. Los arquitectos de m�srenombre se encargan de las c�tedras de Proyectos.

Esta concentraci�n de energ�a docente se une a una realidad que la refuerza: la arquitectura est� llena de belleza y de posibilidades de intervenci�n en la sociedad, que son dos motivaciones a las que los alumnos son sensibles. Como resultado, las escuelas de arquitectura espa�olas consiguen cada a�o el milagro de incorporar unos centenaresde alumnos de procedencia muy variada y entregar a la sociedad, cinco o seis a�os m�s tarde, promociones enteras de personas capaces de apreciar la belleza y de organizar espacios con resultados est�ticamente aceptables. Este es un logro realmente valioso.

La ignorancia inicial de los estudiantes, la eficacia del m�todo y la subjetividad impl�cita en las valoraciones y juicios est�ticos, hacen que profesores y estudiantes procuren aferrarse a estilos que les proporcionan referencias; unos se limitan a imitarlos y algunos los comprenden e interpretan. Estos �ltimos son luego capaces de iniciar nuevas tendencias, son m�s inseguros y m�s receptivos. La mayor�a, refugiados en un repertorioformal que han tomado prestado, aspiran, como m�ximo, a cambiar peri�dicamente demodelo para estar a la moda.

Las dem�s asignaturas han mantenido el m�todo tradicional y han ido perdiendo inter�s y peso en las fuentes de prestigio de las escuelas, por lo que la de Proyectos resultamucho m�s atractiva e importante que cualquier otra, y ha dado validez a un postuladono escrito que dice “destaca en proyectos y ser�s buen arquitecto, aunque de lo dem�s s�lo sepas lo justo”.

Una polarizaci�n tan extrema implica a menudo el descuido de otros conocimientos esenciales para el desarrollo profesional, especialmente porque los profesores de proyectos suelen despreciarlos. No es frecuente que se descuide el conocimiento de las estructuras, pero la construcci�n tiene cada d�a menos importancia y la normativa (que luego es una de las protagonistas principales del trabajo de muchos arquitectos) se descuida sistem�ticamente.

Las t�cnicas de gesti�n que cualquier empresario conoce antes de abrir su empresa,aunque s�lo sea por el contacto con otras en las que ha trabajado, con las que ha cola-borado o de las que ha le�do algunas p�ginas, son a menudo desconocidas para los arquitectos reci�n titulados.

As� estaban las cosas cuando finalic� la carrera de arquitectura en 1969, cuando lascondiciones de trabajo de los arquitectos eran ventajosas: una fuerte demanda por partedel mercado, un producto obligatorio por ley, exclusivo de los arquitectos, unas tarifasde honorarios reguladas y un sistema de cobro garantizado por el colegio. Pod�amoselegir encargos e imponer nuestras convicciones a nuestros clientes, ya que no ten�anmucho donde elegir.

Estas condiciones se han mantenido durante muchos a�os y han propiciado generaciones de arquitectos seguros de s� mismos, que han perdido de vista los intereses de susclientes y les han permitido trabajar sin prestarles mucha atenci�n.

Como l�gica contrapartida a este hecho, han ido apareciendo en el mercado generaciones de clientes convencidos de que el servicio de los arquitectos s�lo ten�a el fundamento de la obligatoriedad, por lo que estaban deseosos de librarse de lo que percib�ancomo una tasa, un pago a cambio de poco o nada.

En 1997 se eliminaron los baremos oficiales de honorarios y las limitaciones deontol�gicas al marketing, as� como el pago obligado a trav�s de los colegios.

Cuando escribo este libro no se percibe ning�n cambio en los m�todos docentes nien las motivaciones, en las fuentes de prestigio ni en la escala de valores de muchosarquitectos. Pero han cambiado unos componentes esenciales de aquel entorno: el producto no es tan obligatorio, las tarifas de honorarios y el cobro garantizado han sidoeliminados, y la oferta ha superado con mucho a la demanda. Los clientes tienen dondeelegir. El n�mero de arquitectos crece cada a�o, el de proyectos no, as� que los encargos escasean. Hay que luchar por conseguirlos, o sea, competir.

Adem�s, cada a�o aumentan las exigencias legales y de mercado que reclaman estudiar m�s y m�s componentes en cada encargo; el trabajo a realizar es mayor.

La seguridad que los arquitectos tienen en cuestiones formales, decididamente superior a la de los dem�s ciudadanos, hace que la comunicaci�n entre ellos y sus clientessea dif�cil, al igual que lo ser�a la comunicaci�n sobre viajes entre los astrof�sicos y losmarineros.

La coincidencia de esos hechos define un escenario novedoso para el ejercicio profesional de los arquitectos: tenemos que competir, podemos hacer marketing y fijar libremente nuestros honorarios. Es un escenario congruente, pero pocos arquitectos est�npreparados para desenvolverse en �l. La mayor�a no saben c�mo competir con ventaja,por lo que recurren a recursos primarios, cuyos efectos son pobres o negativos. En un clima competitivo, acostumbrado a proveedores cada d�a m�s eficientes, un proveedorsin m�todos, caro y desconectado de su mercado corre un serio riesgo de ser rechazado.

Este manual se propone resumir en sus p�ginas lo m�s sustancial de las t�cnicas degesti�n necesarias para sobrevivir en ese entorno competitivo, y tambi�n constituir unabase para otras lecturas m�s especializadas que el lector decida acometer con el objetivo de perfeccionar su empresa, su estudio de arquitectura.

Gonzalo Garc�a, Madrid, 2006’

Copyright del texto: sus autores
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