Los mismos paisajes: Ideas e interpretaciones: Ideas and Interpretations (SIN COLECCION) - Tapa blanda

Simon, Jacques; Gali-izard, Teresa

4,17

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9788425219627: Los mismos paisajes: Ideas e interpretaciones: Ideas and Interpretations (SIN COLECCION)

Tapa blanda

ISBN 10: 8425219620 ISBN 13: 9788425219627

Editorial: Editorial Gustavo Gili, S.L., 2005

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Este libro re�ne una serie de situaciones donde los procesos y las din�micas del paisaje tienen especial inter�s. Los ejemplos que pertenecen a lugares diversos, antropizados o no, han sido recogidos a lo largo de una d�cada de b�squeda y observaci�n y se presentan bajo el punto de vista del proyecto y la gesti�n.

"Sinopsis" puede pertenecer a otra edici�n de este libro.

Rese�a del editor:

This book brings together a series of situations in which the processes and dynamics in the landscape are of particular interest. The examples coming from a range of sites, both with human interference and without, have been compiled throughout a decade of search and observation, and are presented from the vantage point of planning and management.

Extracto. � Reimpreso con autorizaci�n. Reservados todos los derechos.:

Texto del prefacio:

'Prefacio
por Jacques Simon

Es cierto que aprender a mirar y a interpretar lo que descubrimos sigue siendo la primera tarea dirigida a establecer una relaci�n con el paisaje, comprometi�ndose a dar respuesta a aquello a lo que nos sentimos unidos.

Teresa Gal�-Izard es una persona de este temple. Me imagino que desde muy pronto ha pose�do un cuaderno (una especie de refugio) para anotar, para garabatear deprisa divirti�ndose con cualquier cosa: trucos, t�cnicas, hallazgos, ideas luminosas, innovaciones, etc. Para ella, constituye un m�todo para remontarse a las fuentes, siempre y cuando la acci�n 'de estampaci�n' sea de provecho para el esp�ritu. Es el gusto que pone en todas las cosas. Escuch�ndola, da la sensaci�n de que posee un sentido suplementario que confiere a sus investigaciones una forma y una intensidad nuevas.

Un lazo aut�ntico y s�lido se desprende de la lectura de todo lo que est� relacionado con el binomio 'tierra-agua'. Como todos saben, 'amaestrar' es crear lazos. Implicado en los distintos campos de la ordenaci�n paisajista, el trabajo de Teresa Gal�-Izard nace del deseo de aportar un instrumento de reflexi�n en el que todo se redimensiona. Respuesta a orientaciones contempor�neas futuras. S�lo queda el paisaje, s�lo queda la fuente de la que brotan nuestros pensamientos y nuestras acciones m�s personales. Aprecio su inmersi�n en los lugares de los que se hace cargo, su peculiar manera de familiarizarse con los suelos. En su oficio encontramos una ternura que se manifiesta frente a las cosas, los actos, las afinidades, las adaptaciones. Su mirada experta participa activamente del rendimiento de los lugares en v�as de extinci�n. Buen viaje, lector, que le sirva como est�mulo y argumento para la reflexi�n.'

Texto de la introducci�n:

'Introducci�n

Este libro trata de peque�as cosas. Constituye una suma de puntos de vista sobre ideas muy sencillas que aportan una visi�n sobre el paisaje y una nueva manera de interpretarlo y proyectarlo. Es tambi�n una compilaci�n de situaciones descubiertas en distintos lugares a lo largo de m�s de una d�cada de b�squeda y observaci�n.

Algunas de estas situaciones son fruto de las conversaciones y vivencias de la autora con quienes forman su entorno: ellos la han acompa�ado sin saberlo en el descubrimiento de los mismos paisajes. Y para dejar constancia de ello, se citan con una dedicatoria al inicio de cada texto.

Las ideas desarrolladas a modo de temas independientes se basan en otros conceptos m�s generales.

La fisiolog�a de los sistemas naturales:
� El paisaje es cambiante en el tiempo y �ste es uno de sus atributos m�s destacables. Los cambios ocurren a velocidades distintas. En este solapamiento de velocidades, los ritmos de los procesos naturales son a menudo interrumpidos por intervenciones humanas. La velocidad de algunas de ellas dificulta identificar otros ritmos de transformaciones, m�s lentas, pero tambi�n de vital importancia.
� El territorio fisiol�gico es continuo. Los lugares son fragmentos de �l, divisiones generadas artificialmente para su estudio y comprensi�n. La continuidad se produce por encima de los lugares, de los paisajes. En este continuo, de una forma u otra, todo afecta a todo.

El hombre versus los sistemas naturales:
� Todav�a existe, descrita en muchos paisajes, una importante cultura basada en la experiencia de la agricultura tradicional. Esta experiencia es una base s�lida sobre la que reinterpretar el paisaje y a la vez componer otras variaciones.
� El hombre forma parte del paisaje en tanto lo modifica continuamente mediante su gesti�n. Tras cada paisaje hay una gesti�n asociada y unos hombres que lo intervienen con horarios y ritmos peri�dicos. El paisaje puede interpretarse desde la medici�n y descripci�n de estas intervenciones.
� En el paisaje interviene el factor de lo imprevisible. Por tanto, su proyecto debe dar lugar a afrontar lo inesperado. Ello comporta redefinir la gesti�n adaptativa, es decir, acciones aplicadas sobre �l, cambiantes seg�n el tiempo, que se adaptan a condiciones no previsibles a priori para estos proyectos de paisaje. Tambi�n descrito por Edgar Morin como 'ecolog�a de la acci�n, la acci�n que tiene en cuenta su propia complejidad, riesgo, azar, iniciativa y decisi�n de lo inesperado y de lo imprevisto'.
� La observaci�n detenida del territorio proporciona una referencia de la medida y la dimensi�n de las intervenciones humanas en el curso de su historia. Como instrumento de proyectaci�n, la memoria hist�rica es una fuente de conocimiento que permite un dimensionado previo a la aplicaci�n de c�lculos o n�meros de seguridad, evit�ndose as� aplicar a ciegas la tecnolog�a definida por disciplinas aisladas.
� La relaci�n del hombre con la naturaleza var�a a lo largo de la historia. De la sobreexplotaci�n hasta la protecci�n integral, pasando por todas las situaciones intermedias. La tendencia al desarraigo y el desconocimiento de los procesos naturales en toda su complejidad hacen hoy m�s dif�cil una relaci�n de equilibrio y respeto mutuo, basada necesariamente en el conocimiento y la comprensi�n.
� Una nueva cultura del paisaje pasa por nuestra colaboraci�n con la naturaleza. Simples acciones pueden generar paisaje si se incorporan a ellas los procesos naturales. La implantaci�n de infraestructuras inm�viles o actuaciones aisladas en un medio din�mico son suficientes para iniciar procesos, modificarlos o desarrollar nuevas situaciones, nuevos proyectos, contando con la participaci�n activa de la naturaleza.
� El proyecto de paisaje puede definirse en t�rminos energ�ticos: su realizaci�n precisa una aportaci�n de recursos y una cantidad de energ�a que var�an con el tiempo.
� Las intervenciones en el paisaje se enmarcan en un lapso de tiempo finito y modifican algunos atributos del lugar, mientras que muchos otros permanecen latentes. Este potencial oculto reaparece con mayor o menor intensidad, cuando la intervenci�n del hombre finaliza, retomando en parte la din�mica inicial.
� Todo puede interpretarse independientemente de todo, pero tambi�n todo se puede relacionar con todo. El aislamiento de situaciones o fen�menos permite nuevas asociaciones, luego otras v�as proyectuales que generar�n nuevos y mestizos paisajes.
� Una actitud basada en la curiosidad, la observaci�n, la aplicaci�n del sentido com�n, el desarrollo de lo simple, lo b�sico, lo l�gico, permite adentrarse en el pensamiento transversal y en la posibilidad de relacionar conceptos. Y sobre la base de la simplicidad, facilita igualmente intervenir en el conjunto del proyecto de paisaje.
� Los materiales vivos que conforman el paisaje poseen innumerables atributos relacionados con los procesos y los cambios. Al proyectar con estos materiales se desprende una nueva est�tica, basada m�s en aquello que ocurre y cambia, que en aquello que se ve.
� La reinvenci�n continua de los paisajes es posible y necesaria. La fuente o el origen de nuestra reinterpretaci�n depende de nuestra sensibilidad para descubrir el funcionamiento del paisaje antropizado o natural. La reinvenci�n pasa por nuestra capacidad de imaginar, de eliminar prejuicios y de plantear nuevas situaciones de acuerdo con los cambios que paralelamente vivimos las sociedades desarrolladas.
� El posicionamiento y la contextualizaci�n, la concienciaci�n de lo que representa cada una de nuestras acciones en el paisaje, al igual que la honestidad en el proyecto, son la �nica manera que tiene el hombre de intervenir en �l, compatibilizando las m�ltiples disciplinas que lo afectan y respetando al mismo tiempo el legado de nuestros antepasados.

En un mundo cada vez m�s restrictivo, menos favorable a la frescura y a la imaginaci�n, a�n es posible encontrar fisuras: v�as de escape que permiten romper esta losa que pesa por encima de nuestras almas.
Este libro ha sido para m� una de ellas.'

Text of the preface:

'Preface
by Jacques Simon

It is true that learning to see and to interpret what we perceive remains the principal task when it comes to establishing a rapport with the landscape, by undertaking to respond to what we feel linked to.

Teresa Gal�-Izard is of that stripe. I'm of the idea that very early on she had a notebook (a sort of refuge) to jot down and scribble things in, to have fun with next to nothing: technical tricks, discoveries, bright ideas, innovations and the like.

A means for her to go back to the sources on condition that the 'grafting' action is one from which the mind profits. It's this taste she puts into everything. Hearing her, she seems provided with an extra sense that gives her researches a new form and intensity. A genuine, solid link emerges from the reading of all that is related to the binomial 'earth-water' touches. As everyone knows, to 'win over' means to create links. Wedded to different domains of landscape planning, the work of Teresa Gal�-Izard is born of the desire to provide an instrument of reflection in which everything then takes on another dimension. From responses to the contemporary orientations to come. There only remains the landscape, there only remains the source from which our most personal thoughts and actions burst forth. I value her immersion in the sites she has charge of, her characteristic way of familiarising herself with local ground conditions. We discover a tenderness in her m�tier, with regard to things, actions, affinities and adaptations. Bon voyage, dear reader, and may this book serve you as a thoughtful stimulus and argument.'

Text of the introduction:

'Introduction

This book ponders small things. It is really a sum of different points of view on very simple ideas that provide a vision of the landscape and a new way of interpreting and planning it. It is also a compendium of situations discovered in different places over the course of more than a decade of searching and observing.

Some of these situations were discovered as a result of the author's conversations and experiences with the people around her: these people have unwittingly accompanied her in discovering the landscapes themselves. As a tribute, their names are cited at the beginning of each text.

The ideas, developed as individual vignettes, are based on other more general concepts.

The physiology of natural systems:
� The landscape is mutable over time; in-deed this is one of its most remarkable features. These changes take place at different speeds. In this overlap of speeds, the paces of natural processes are frequently interrupted by human intervention. The pace at which some of them take place makes it difficult to identify the speeds of other transformations which are slower yet also vitally important.
� Physiological territory is continuous. Places are mere fragments of it, divisions generated artificially in order to study and understand the land. This continuity exists above and beyond the specific places, the landscapes. Within this continuum, everything affects everything else in one way or another.

Humankind versus natural systems:
� There still exists, written on many landscapes, a significant culture based on the experience of traditional agriculture. This experience is a solid basis upon which to reinterpret the landscape while at the same time composing other variations on it.
� Humankind forms part of the landscape in that it is constantly modifying it by manag-ing it. Behind every landscape lies an associated land management plan and people who intervene with periodic timetables and paces. The landscape may be interpreted by measuring and describing these interventions.
� Unpredictable factors affect the landscape; thus, its planning must take into account the unexpected. This involves redefining adaptive management, that is, actions on the land which change over time and adapt to initially unforeseen conditions in landscape planning. This is also described by Edgar Morin as the 'ecology of action, action that takes into account its own complexity, risk, randomness, initiative and decision-making on the unexpected and the unforeseen'.
� Careful observation of the land provides clues as to the scope and dimension of human intervention throughout the course of history. As a planning instrument, historical memory is a source of knowledge that enables an initial sketch to be made prior to the application of calculations or safety numbers, thus avoiding blindly applying technology as defined by isolated disciplines.
� Humankind's relationship with nature has varied through history, from over-exploitation to comprehensive protection and every situation in between. The trend today toward uprootedness and a lack of knowledge of natural processes in all their complexity makes it difficult to achieve a relationship of balance and mutual respect, which is necessarily based on knowledge and understanding.
� A new culture of landscape entails our working with the landscape. Simple actions may generate landscapes if natural processes are encompassed within them. The installation of immobile infrastructures or isolated actions in a dynamic medium are enough to start or modify processes and create new situations or projects, with active participation by nature.
� Landscape planning can be defined in terms of energy: performing it requires an allocation of resources and an amount of energy that will vary over time.
� Intervention in the landscape is framed within a finite period of time, and it modifies certain features of the site while many others remain latent. This hidden potential reappears with greater or lesser intensity when human intervention comes to an end and the landscape partially resumes the initial dynamic once again.
� Everything may be interpreted independent of everything else, but everything may also be related to everything else. Isolating situations or phenomena enables new associations to be forged and thus other ways of planning that generate new and hybrid landscapes.
� A stance based on curiosity, observation and common sense, and developing what is simple, basic and logical enables one to enter into transversal thinking and the possibility of inter-relating concepts. By building upon this foundation of simplicity, it also facilitates intervention in holistic landscape planning.
� The living matter that makes up the landscape possesses innumerable features related to processes and changes. When planning the use of this matter, a new aesthetic is generated based more on what takes place and changes than on what one sees.
� The constant reinvention of landscapes is both possible and necessary. The source or origin of our reinterpretation depends on our sensitivity to discovering how the anthropic or natural landscape works. Reinvention entails our ability to imagine, to eradicate preconceived notions and to propose new situations in accordance with the changes that our developed societies are experiencing in a parallel fashion.
� Position and contextualisation, awareness ...

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