"Sinopsis" puede pertenecer a otra edición de este libro.
Conversación con Hernán Garfias (extracto) HG ¿Cuál es tu relación con la Bauhaus y Le Corbusier? Tu obra rechaza el devaneo posmoderno y la construcción inmobiliaria chilena de baja calidad, especialmente en la década de los años ochenta. MK Mi relación con la modernidad está atravesada por la posmodernidad, en el sentido de que estudié en la década de los ochenta en una escuela que estaba mayormente en contra del movimiento moderno y a favor del posmodernismo. Era un alumno bastante rebelde y me interesaba el movimiento moderno, más en la línea de los alemanes de la Bauhaus que en la de Le Corbusier. Mis primeras obras son bastante inconscientes al respecto, porque ni siquiera tenía claro que estaba haciendo un trabajo serio, sino que trabajaba con encargos que no veía como arquitectura; no me había planteado de qué tipo de arquitectura se trataba ni nada parecido. HG ¿Todavía no habías acabado la carrera? MK Mis primeras obras las hice justo cuando había acabado la carrera, a los 22 años. Seis años más tarde tuve conciencia de lo que estaba haciendo con la primera publicación de la Editorial Gustavo Gili (colección GG Portfolio), donde vi todo mi trabajo junto por primera vez. Había proyectos mejores y otros bastante peores, pero todos tenían una línea que yo no tenía teóricamente definida. Me empezaron a encasillar como arquitecto de tradición moderna, algo que yo tampoco me había planteado. Más adelante, reflexionando más sobre estos proyectos, me di cuenta de que esas obras sí tenían una raíz moderna, pero, de algún modo, estaban atravesadas por la posmodernidad, en el sentido en que ésta planteó romper con toda una serie de mitos y reglas del movimiento moderno. Tomé esta ruptura en mis proyectos. Trabajaba con encargos y objetos arquitectónicos sin un marco teórico y sin lo estricto de ciertos aspectos del movimiento moderno. El movimiento moderno no admitía contradicciones y, de alguna manera, el posmodernismo devuelve a la arquitectura cierta frescura y libertad. Creo que ésta es su aportación, y así la recojo yo. HG Chile es un país de paisajes extremos. ¿Cómo te planteas la naturaleza en la desolación de Tongoy o en la exuberancia de Chiloé? MK El fenómeno del paisaje es algo muy fuerte en América: el Nuevo Mundo. Cuando llega el movimiento moderno a América -con arquitectos como Mies van der Rohe o Marcel Breuer- se descubre un paisaje, una vastedad y unos materiales que antes no se habían utilizado. Pienso que la arquitectura moderna americana es muy distinta de la europea, en el sentido de la apropiación del lugar, las texturas, los materiales y los colores y en el trabajo en relación muy directa con el paisaje. Se enfrenta generalmente a algo vasto, inmenso y exuberante (sea a un entorno selvático, desértico o a ciudades tan dispersas como las nuestras). HG Tu actitud de vanguardia está renovando la mente arquitectónica del sur del mundo. ¿Cómo la haces dialogar entre tanta arquitectura de moda? Una casa tuya puede estar en una calle de La Dehesa, junto a casas con teja chilena u otras de estilo georgiano. ¿Cómo te abstraes de todo eso? MK Generalmente me ha tocado trabajar en contextos muy poco urbanos, de modo que la relación con la producción en serie me ha sido sumamente sencilla, ya que casi no he tenido que relacionarme con ella. En los pocos casos en que sí me ha tocado abordarlos, he tratado de mantenerme dentro de ciertas volumetrías, alturas y distancias, de modo que la obra construida no irrumpa en el entorno. Busco pasar desapercibido, representar en el lugar una posición discreta y sensible con la topografía y el entorno, porque, incluso en el contexto urbano, el entorno es muy fuerte. Como vivimos rodeados de montañas, la naturaleza es más potente que lo construido. El entorno está siempre presente por encima de lo demás. HG ¿Cómo ves el futuro desarrollo de tu obra? MK Es una pregunta muy difícil. HG Empezaste muy joven con obras reales. Recién acabada la carrera ya estabas construyendo viviendas. Ahora tienes 38 años y si miras tu trayectoria en conjunto, hay mucho camino andado ¿Cómo ves tu proyección como arquitecto en un futuro? MK En este momento he dividido mi vida profesional, tengo dos proyectos respecto a la arquitectura: uno académico como director de una escuela de arquitectura joven, y otro el de mi propio despacho. HG Cuando te invitaron a hacerte cargo de la fundación de la escuela de arquitectura, ¿pensaste que ibas a involucrarte con tanta fuerza? Habías sido ya profesor de proyectos, algo muy distinto a dirigir un proyecto académico. MK Aceptar la invitación implicaba aceptar un proyecto serio que indicaba una cantidad importante de tiempo, no como algo eventual del momento. Para mi (grata) sorpresa el tipo de trabajo e institución donde trabajo me ha dado mucha más confianza de lo que me había imaginado y más libertad de la esperada. Por lo tanto, ha ido más allá del entusiasmo inicial. Por otro lado, la decisión de reducir mi despacho (hasta hace pocas semanas tenía catorce personas y se ha reducido a ocho). En el futuro pienso trabajar en menos proyectos pero más concentradamente: "menos es más". HG Volviendo al proyecto académico. En un país donde han florecido más escuelas de las que es capaz de absorber, ¿cuál es la diferencia que marca tu escuela? MK El interés es hacer una escuela que se preocupe por educar arquitectos sensatos. Esto, que puede parecer obvio, no lo es tanto. Creo que, en este momento, y no sólo en Chile sino en el mundo entero, las escuelas de arquitectura están bastante alejadas de las necesidades reales. No se debe olvidar que la arquitectura es un servicio y el arquitecto está al servicio de la sociedad. Creo que no tiene que ser una escuela que forme prime donne, y menos aún en nuestro contexto. En este momento, la arquitectura tiene que preocuparse por la ciudad, un problema dramático en toda América, desde Canadá hasta la Patagonia. Debemos preocuparnos por cuidar este paisaje sublime y por estar al servicio de una porción mayoritaria de la población a la que no se presta ningún servicio en este momento.
|
"Sobre este título" puede pertenecer a otra edición de este libro.
Gastos de envío:
EUR 60,00
De Alemania a Estados Unidos de America
Descripción paperback. Condición: Sehr gut. 156 Seiten; 9788425219276.2 Sprache: Deutsch Gewicht in Gramm: 1. Nº de ref. del artículo: 560029
Descripción Encuadernación de tapa blanda. Condición: Como Nuevo. Estado de la sobrecubierta: Como Nuevo. 1ª Edición. Mathias Klotz (Viña del Mar, 1965) is the most international figure among the new generation of Chilean architects. His work has been published in specialized magazines the world over, especially since receiving the 2001 Borromini Prize for the best architect under 40, for his well-known Altamira School in Santiago de Chile. Despite working in and from the peripheral situation of Chile, from a position that, for the Western world, is almost exotic, his oeuvre alludes more to the second generation of Modern Movement architects, particularly the work of Marcel Breuer in the USA, than to the historicist sentimentality and formal localism of his own country. This means that his buildings can be bracketed within the best of the world's contemporary architectural output. This issue contains two introductory texts by Stan Allen and Horacio Torrent, which reflect on Mathias Klotz's architecture within the national and international architectural context, Nº de ref. del artículo: ABE-1605887536534
Descripción Soft cover. Condición: Very Good. Nº de ref. del artículo: 9788425219276
Descripción Condición: Used - Good. Nº de ref. del artículo: 9788425219276