Una feroz diatriba contra la Iglesia Católica, por Fernando Vallejo.
Durante los veintiséis años del pontificado del polaco Karol Wojtyla (más conocido como Juan Pablo II), la población mundial aumentó en dos mil millones. A una cifra tal había llegado nuestra especie en 1930, después de millones de años de existencia sobre la Tierra. Nadie más responsable de ese aumento desmesurado que él, que anduvo por ciento treinta países de los cinco continentes predicando contra el control natal, llamándose defensor de la vida porque defendía un óvulo fecundado por un espermatozoide, el zigoto, que tiene el tamaño de una amiba.
Hoy somos siete mil millones y el daño hecho es irreparable. Esta es la última de las más grandes infamias de la Iglesia. Las ocho cruzadas que devastaron la llamada Tierra Santa, el exterminio de las civilizaciones indígenas de América, la oposición a la libertad de conciencia y de palabra y a todo avance de la ciencia, la cohonestación de la esclavitud, la degradación de la mujer, la Inquisición, he ahí otras, a las que hay que sumarles su indiferencia ante la suerte desventurada de los animales.
Los albigenses, a quienes el papa Inocencio III, el hombre más poderoso de su tiempo, exterminó porque le enrostraban sus riquezas, llamaron a la Iglesia de Roma «la puta de Babilonia», tomando la expresión del Apocalipsis. Dos milenios lleva delinquiendo, impune, abusando de la credibilidad del rebaño y gozando de su impúdica riqueza. La puta de Babilonia, por lo pronto, le levanta el sumario de sus más grandes crímenes, cuestionando de paso la existencia de un Ser Supremo que de existir los ha permitido, sin que haya servido hasta ahora en lo más mínimo el sacrificio de su único Hijo.
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Fernando Vallejo nació en Medellín, Colombia. Estudió filosofía y letras en universidades de Bogotá y dirección de cine en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma. Ha vivido gran parte de su vida en México, donde ha dirigido tres películas y escrito la totalidad de sus libros, algunos de los cuales han sido traducidos a múltiples idiomas.
El gran amor de su vida son los animales, y su única causa es su defensa. Es autor de El río del tiempo (1999), la pentalogía compuesta por Los días azules (1985), El fuego secreto (1987), Los caminos a Roma (1988), Años de indulgencia (1989), y Entre fantasmas (Alfaguara, 1993), además de las novelas La Virgen de los sicarios (Alfaguara, 1994), El desbarrancadero (Alfaguara, 2001, Premio Rómulo Gallegos 2003), La rambla paralela (Alfaguara, 2002), Mi hermano el Alcalde (Alfaguara, 2004), El don de la vida (Alfaguara, 2010), Casablanca la bella (Alfaguara, 2013) y ¡Llegaron! (Alfaguara, 2015). También ha escrito biografías y los ensayos La tautología darwinista y otros ensayos (Taurus, 2002), Manualito de imposturología física (Taurus, 2005) y La puta de Babilonia (2007). Sus columnas periodísticas, discursos y conferencias están recopilados en Perorata (Alfaguara, 2013).
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Descripción Encuadernación de tapa blanda. Condición: Nuevo. Nº de ref. del artículo: PRH9788420402352
Descripción Condición: New. Idioma/Language: Español. Encuadernación: Rústica Colección: Hispánica Durante los veintiséis años del pontificado del polaco Karol Wojtyla (más conocido como Juan Pablo II), la población mundial aumentó en dos mil millones. A una cifra tal había llegado nuestra especie en 1930, después de millones de años de existencia sobre la Tierra. Nadie más responsable de ese aumento desmesurado que él, que anduvo por ciento treinta países de los cinco continentes predicando contra el control natal, llamándose defensor de la vida porque defendía un óvulo fecundado por un espermatozoide, el zigoto, que tiene el tamaño de una amiba. Hoy somos siete mil millones y el daño hecho es irreparable. Esta es la última de las más grandes infamias de la Iglesia. Las ocho cruzadas que devastaron la llamada Tierra Santa, el exterminio de las civilizaciones indígenas de América, la oposición a la libertad de conciencia y de palabra y a todo avance de la ciencia, la cohonestación de la esclavitud, la degradación de la mujer, la Inquisición, he ahí otras, a las que hay que sumarles su indiferencia ante la suerte desventurada de los animales. Los albigenses, a quienes el papa Inocencio III, el hombre más poderoso de su tiempo, exterminó porque le enrostraban sus riquezas, llamaron a la Iglesia de Roma «la puta de Babilonia», tomando la expresión del Apocalipsis. Dos milenios lleva delinquiendo, impune, abusando de la credibilidad del rebaño y gozando de su impúdica riqueza. La puta de Babilonia , por lo pronto, le levanta el sumario de sus más grandes crímenes, cuestionando de paso la existencia de un Ser Supremo que de existir los ha permitido, sin que haya servido hasta ahora en lo más mínimo el sacrificio de su Único Hijo. «Es un martillo de los ortodoxos, ha escrito diatribas disparatadas, y bien ciertas, contra la Iglesia que inventó la tortura de la Inquisición. Es un azote del Papa, capaz, en sus distintas reencarnaciones, de autorizar la enfermedad de los pobres y la muerte de éstos. Martillo de ortodoxos y hereje ejerciente. » Juan Cruz, El País *** Nota: Los envíos a España peninsular, Baleares y Canarias se realizan a través de mensajería urgente. No aceptamos pedidos con destino a Ceuta y Melilla. Nº de ref. del artículo: 6753018
Descripción Rustica (tapa blanda). Condición: New. Estado de la sobrecubierta: Nuevo. 01. Durante los veintiséis años del pontificado del polaco Karol Wojtyla (más conocido como Juan Pablo II), la población mundial aumentó en dos mil millones. A una cifra tal había llegado nuestra especie en 1930, después de millones de años de existencia sobre la Tierra. Nadie más responsable de ese aumento desmesurado que él, que anduvo por ciento treinta países de los cinco continentes predicando contra el control natal, llamándose defensor de la vida porque defendía un óvulo fecundado por un espermatozoide, el zigoto, que tiene el tamaño de una amiba. Hoy somos siete mil millones y el daño hecho es irreparable. Esta es la última de las más grandes infamias de la Iglesia. Las ocho cruzadas que devastaron la llamada Tierra Santa, el exterminio de las civilizaciones indígenas de América, la oposición a la libertad de conciencia y de palabra y a todo avance de la ciencia, la cohonestación de la esclavitud, la degradación de la mujer, la Inquisición, he ahí otras, a las que hay que sumarles su indiferencia ante la suerte desventurada de los animales. . Los albigenses, a quienes el papa Inocencio III, el hombre más poderoso de su tiempo, exterminó porque le enrostraban sus riquezas, llamaron a la Iglesia de Roma la puta de Babilonia , tomando la expresión del Apocalipsis. Dos milenios lleva delinquiendo, impune, abusando de la credibilidad del rebaño y gozando de su impúdica riqueza. La puta de Babilonia, por lo pronto, le levanta el sumario de sus más grandes crímenes, cuestionando de paso la existencia de un Ser Supremo que de existir los ha permitido, sin que haya servido hasta ahora en lo más mínimo el sacrificio de su Único Hijo. LIBRO. Nº de ref. del artículo: 305205
Descripción Condición: Nuevo. Una feroz diatriba contra la Iglesia Católica, por Fernando Vallejo. Durante los veintiséis años del pontificado del polaco Karol Wojtyla (más conocido como Juan Pablo II), la población mundial aumentó en dos mil millones. A una cifra tal había llegado nuestra especie en 1930, después de millones de años de existencia sobre la Tierra. Nadie más responsable de ese aumento desmesurado que él, que anduvo por ciento treinta países de los cinco continentes predicando contra el control natal, llamándose defensor de la vida porque defendía un óvulo fecundado por un espermatozoide, el zigoto, que tiene el tamaño de una amiba. Hoy somos siete mil millones y el daño hecho es irreparable. Esta es la última de las más grandes infamias de la Iglesia. Las ocho cruzadas que devastaron la llamada Tierra Santa, el exterminio de las civilizaciones indígenas de América, la oposición a la libertad de conciencia y de palabra y a todo avance de la ciencia, la cohonestación de la esclavitud, la degradación de la mujer, la Inquisición, he ahí otras, a las que hay que sumarles su indiferencia ante la suerte desventurada de los animales. Los albigenses, a quienes el papa Inocencio III, el hombre más poderoso de su tiempo, exterminó porque le enrostraban sus riquezas, llamaron a la Iglesia de Roma «la puta de Babilonia», tomando la expresión del Apocalipsis. Dos milenios lleva delinquiendo, impune, abusando de la credibilidad del rebaño y gozando de su impúdica riqueza. La puta de Babilonia, por lo pronto, le levanta el sumario de sus más grandes crímenes, cuestionando de paso la existencia de un Ser Supremo que de existir los ha permitido, sin que haya servido hasta ahora en lo más mínimo el sacrificio de su único Hijo. Nº de ref. del artículo: 4410480063
Descripción Soft cover. Condición: New. Titulo: La puta de BabiloniaAutor: Varios autoresISBN13: 9788420402352Nos encontramos a su disposicion. Cualquier duda o consulta sera respondida a la brevedad. Nº de ref. del artículo: 234688 #A
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Descripción Rústica. Condición: New. Estado de la sobrecubierta: Nuevo. 01. p style=text-align:center B Una feroz diatriba contra la Iglesia Católica, por Fernando Vallejo. /B /P P Durante los veintiséis años del pontificado del polaco Karol Wojtyla (más conocido como Juan Pablo II), la población mundial aumentó en dos m. LIBRO. Nº de ref. del artículo: 931284