Anales - Tapa blanda

Cayo Cornelio Tácito ( 55-120), supo hacer que la pluma y la espada fueran buenas compañeras, pues fue senador, cónsul y gobernador del Imperio de Roma a la par que orador e historiador. Sus "Anales" constaban de dieciséis libros, que recogían la historia de Roma desde la muerte de Augusto hasta la de Nerón. Hoy no se conserva entera, pero sí la mayor parte. Se han perdido los libros VII al X, ambos inclusive, pero existen todavía los cuatro primeros y los seis últimos, no sin alguna que otra laguna. Los hechos narrados, a cuyo acontecer asistió el autor, se dispusieron en años, lo que dio nombre a la obra. Aunque su contenido podría hacerle pertenecer al género biográfico, Tácito se propuso un objetivo diferente: relacionar las causas y los efectos de los acontecimientos con las pasiones de los protagonistas. Quiso hablar bien del Estado, siguiendo la recomendación de Salustio: " Es hermoso hacer bien a la república; también hablar bien no es absurdo: o por la paz o por la guerra se puede uno hacer célebre; no sólo quienes actuaron sino también quienes escribieron los hechos de otros son alabados mucho." Pero fue riguroso en el empleo de la documentación, que incluyó documentos de historiadores como Fabio Rústico, Plinio el Viejo, Aufidio Baso, Cluvio Rufo y otros, memorias de personajes como Agripina, testimonios orales, las "Crónicas del Pueblo Romano" y los archivos del Senado. Con todo, su fuerte personalidad se impuso sobre las fuentes, dejando teñida toda la obra de sus sólidas convicciones estoicas. Su estilo acerado, lacónico, denso y extremadamente cuidado, conduce al lector a imaginar lo que el autor deja deliberadamente sin explicitar. El traductor de los "Anales", Carlos Coloma de Saa (1567-1637), no desmerece en hechos de armas y gobierno del autor, antes bien lo supera crecidamente. A los catorce años ya asistió a la conquista de Portugal por el Duque de Alba. Fue soldado en las galeras del Tercio Viejo de Sicilia, participó en varias batallas en Flandes a las órdenes de Alejandro Farnesio, a quien también siguió en la segunda invasión de Francia, intervino en la toma de Calais, Ardres y Hulst, donde ganó la fama y el honor que le valieron ser nombrado Caballero de la Orden de Santiago, fue luego maestre de campo, volvió a combatir a Flandes, fue nombrado más tarde Capitán General del Rosellón, Cerdeña y Conflent, Capitán General y Virrey de Mallorca, embajador en Londres, etc. Y, para no seguir citando acciones y honores, valga decir que también participó en la toma de Breda, que inmortalizó Velázquez en el cuadro de "Las lanzas" o "Rendición de Breda", y que, según algunos eruditos, su persona aparece en él. A este humanista español del Renacimiento no pudo faltarle una obra literaria de corte histórico, que pone de relieve la importancia que la dedicación al estudio de la historia y las lenguas clásicas tenía para la aristocracia española del momento. Escribió "Las guerras de los Estados Bajos desde el año de 1588 hasta el de 1599" y tradujo los "Anales" y la "Germania" de Tácito.