Secretos: Pequeñas mentirosas 2 (Trakatrá) - Tapa blanda

Os lo advertí, pero no me habéis hecho caso. Os lo dije bien claro en la anterior reseña: si vosotros no estáis dispuestos a guardar mis secretos, alguna consecuencia tiene que haber para que se dé un poco de equilibrio. Y vosotros, que creísteis que hablaba en broma, vais y contáis al primero que pasa mis intimidades. Muy mal, muy mal. ¿Y ahora qué hacemos? Se me tiene que ocurrir algo, dejadme pensar. Ya lo sé, si vosotros os habéis atrevido a hablar de mí, yo hablaré de vosotros y seguro que la venganza será muy sabrosa. Ya lo decía Gandhi, ojo por ojo y el mundo entero será ciego. Y como yo no os deseo ningún mal, no os preocupéis, os dejaré con los ojos bien abiertos, para que podáis ver lo que sucede con total claridad.

Spencer, Aria, Emily y Hanna están probando de su nueva medicina. Es lo que tiene una vida basada en los secretos. Pero, por si sus remordimientos no fueran suficientes, “A” sigue haciendo de las suyas poniendo entre las cuerdas a nuestras protagonistas. Y no sólo eso, resulta que Toby ha vuelto a la ciudad, y ellas tienen un secreto que le concierne...

¿Sabéis lo que sucede cuando, después de haber visto una serie, te pones a leer el libro en el que se basa y pensáis: esto no es como me lo habían contado? Pues eso mismo me ha pasado con “Secretos” de Sara Shepard. La trama principal se mantiene intacta, pero todo lo demás cambia, con unos giros de guión propio de las mejores novelas de misterio, pero con ese toque chick – lit que han dado fama tanto a la autora como a la saga. Porque “Pequeñas Mentirosas” es una novela para adolescentes, eso es cierto, no os voy a quitar la razón a estas alturas. Pero también es una novela policíaca, donde los secretos juegan el gran papel, donde cuando uno se abre ya nada puede ser igual que antes. Y lo mejor, que cuando empiezas a leer, pasas las páginas y no te das cuenta, no eres consciente de que el libro está llegando al final y, lo que es peor, que cuando lo has terminado piensas: tengo que leer el siguiente, tengo que hacerlo, esto no se ha podido quedar así. Porque ahí está el acierto y el truco de esta saga que continúa “Secretos”: plantear un nuevo enigma, nuevos sospechosos, nuevas personas que por numerosas razones pueden ser “A”, y ponerte sobre la mesa una idea que todos hemos pensado: ¿guardaríamos nosotros tan bien los secretos? ¿O, por el contrario, no podríamos guardar las intimidades de la gente que nos rodea? Y como siempre, en el trasfondo de este tipo de novelas para jóvenes, está el halo de hacerse mayor, de querer ser más adulto de lo que tu cuerpo y tu mente te permiten.

En definitiva, quien se divirtió con la primera entrega, “Pequeñas Mentirosas”, disfrutará de lo lindo con “Secretos” porque de eso se trata, de divertirse con la lectura, de familiarizarse con los personajes y después, cuando ya estás metido en la trama, darte cuenta de que Sara Shepard te ha engañado, de que donde tú pensabas que uno era el culpable en realidad ha sido la víctima y te deja un sabor amargo porque todo lo que habías pensado se te ha caído como un castillo de naipes que no se mantiene en pie más de dos minutos seguidos. Eso es lo que tiene esta serie de niñas que mantienen la boca cerrada porque los secretos no deben salir a la luz. Una novela de misterio, de asesinatos jóvenes y de pretender ser mayor, sin llegar a serlo.

Porque, no volváis a decir que no os lo he advertido. Nos veremos en la próxima reseña de la tercera parte, para que os deis cuenta de que los secretos, a veces, están mejor guardaditos en un cajón. Palabra.

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