TIERRA QUE PISAMOS - LA DE CARRASCO, JESUS. ED. SEIX BARRAL: BIBLIOTECA BREVE, 2016, IDIOMA: CASTELLANO
Recomendación de LibrosyLiteratura.es, escrita por Susana Hernández
Leí Intemperie en su día, despacio, como la historia merecía, y pensé que Jesús Carrasco había extraído todo lo que se le puede pedir a la tierra en una novela, la tierra en referencia con el terruño, ya saben, esa en la que nacemos y cuyo polvo se incrusta poco a poco en nuestra alma y pasa, para bien o para mal, a formar parte de nosotros mismos.
Luego está “La tierra que pisamos” , aquella con la que nos vamos fundiendo por el camino de la vida, y a esa es a la que ahora nos lleva en esta durísima historia.
Una ucronía, como se la ha denominado, o novela histórica de ficción que pudo ser real, nadie nunca sabrá si la historia es como se cuenta o como se cree que fue, en realidad ¿quien cuenta algo con absoluto realismo y objetividad? No ya la respuesta sería absolutamente negativa respecto de la novela histórica, sino que no es real ni en los libros históricos documentados... Ir más allá sería invadir el terreno de la filosofía, complicarme la vida y meterme en terreno resbaladizo ;)
Una novela que nos sitúa en los inicios del siglo XX, si bien veremos diferentes momentos históricos que se van entrelazando y ahondan en la relación hombre-guerra-tierra. Dice el autor que la novela nació de una manera prosaica, cuando estaba trabajando en un huerto que tenía con los amigos, añade que “tuve la sensación de buscar qué significa la tierra para el hombre, qué satisfacciones puede dar, cómo desde hace unos decenios esta relación se ha roto porque la vida está cambiando”.
El autor realiza, como en la alta cocina moderna, una decostrucción del personaje principal, Leva, para volver a reconstruirlo ante los ojos del lector. Cómo me ha sorprendido el personaje de Eva, la coprotagonista, me causa ternura porque es el reflejo más claro de lo que somos realmente, viviendo bajo un opresor vigilante y observadores de aquellos desamparados de toda dignidad, lo más cercano no-ser humano.
El autor conserva el cuidado lenguaje de su primer libro, la estética lírica está, pero no prevalece, le gana terreno la historia, la extraña y dolorosa historia. Porque un hombre no puede ser solo carne trasportada en un camión...
Un libro que, como el anterior, sirve para la meditación aunque no tanto para compartir experiencias; pues hay cosas que pasan con su lectura como provocar sentimientos en el alma que son difícilmente trasportables al mundo de las palabras, incluso para hacer esta reseña he tenido que utilizar palabras meditadas, pensadas, no han salido de forma voluntaria, porque no todo lo que el hombre quiere expresar es posible hacerlo. Es necesario protegernos el alma del exterior, de ese Imperio que siempre está vigilante, incluso de nosotros mismos.
Yo que nunca he tenido patria ni bandera, en el sentido del terruño que al inicio les decía que hablaba Intemperie, amo, y así me dice el alma que debe ser, la tierra que mancha mis suelas, aquella con la que un día me funda y pase a formar parte de un alma ajena... La vida es circular.