Leopoldo Alas, también conocido por su seudónimo "Clarín" nació un 25 de abril de 1852. Aunque nació en Zamora, el novelista era de familia asturiana. Comenzó sus estudios en León, en el colegio de los Jesuitas, adaptándose desde el principio a sus normas y disciplina siendo considerado un alumno modelo. En 1859, toda la familia regresó a Asturias, tierra natal de su madre y de la cual tanto había oído hablar el autor. A la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo para cursar estudios preparatorios. Además, Oviedo será la ciudad que sirve de trasfondo de sus obras más conocidas.
Al terminar sus estudios de derecho, Clarín se trasladó a Madrid para doctorarse y estudiar letras. Allí se dio a conocer como periodista, formando parte de la redacción del periódico El Solfeo, periódico fundado por Antonio Sánchez Pérez y que pasó desapercibido en aquella época. El director quiso que los colaboradores tomaran como seudónimos nombres de instrumentos musicales, así fue como Leopoldo eligió el clarín, alias con el que firmaría sus artículos desde aquel momento. Desde su columna Azotacalles de Madrid, Leopoldo empezó a lanzar duras críticas llenas de ironía contra la clase política de la restauración.
Además del género periodístico, Leopoldo quería experimentar con otros géneros literarios. Por ello, Félix Aramburu, amigo del escritor, director y editor de la Revista de Asturias le animó a escribir en su edición otro tipo de narraciones. Es entonces cuando Clarín empieza a escribir sus primeros cuentos y poesías.
Tras unas vacaciones, Alas regresa a Madrid para presentarse a unas oposiciones que se celebrarían en Salamanca para cubrir la plaza vacante de la cátedra de Economía Política y Estadística en la universidad. Más tarde, en 1882, se casó con Onofre García-Argüelles y fue nombrado catedrático de la Universidad de Zaragoza. En los ratos libres que le dejaba la cátedra de la universidad, Clarín escribía artículos para algunos periódicos.
De la obra literaria de Clarín destaca su labor como autor de novelas cortas y cuentos, pues escribió una gran cantidad. Además también escribió una obra teatral titulada Teresa, la cual fue un rotundo fracaso según los críticos, debido a que carecía de arquitectura escénica y tenía todos los defectos de un escritor novato. A los 31 años escribió su obra maestra La Regenta, obra fundamental de la literatura española que causó un gran impacto por su calidad literaria. En la obra el autor utilizó técnicas como el monólogo interior, los sueños o los recuerdos, que anticipaban la novela del siglo XX.
En 1901, a los cuarenta y nueve años de edad, Clarín fallecía a causa de una tuberculosis intestinal que arrastraba desde hacía varios años.