Sinopsis:
La conquista emprendida por el islam a partir de 711 supondrá la apertura de un extenso periodo en la historia peninsular, que nos lleva hasta 1492, caracterizado por una presencia musulmana de compleja historia, tal como se revela por el mero hecho de la variada sucesión de periodos en los que se suele subdividir su evolución. Independientemente de la interpretación que se pueda hacer de las consecuencias de los años que siguieron a ese comienzo de la presencia islámica para el conjunto del acontecer peninsular inmediato, considerados unas veces como de ruptura total con respecto a las tendencias apuntadas en la época visigoda, otras, por el contrario, de aceleración o afirmación de procesos ya iniciados, esa presencia islámica tendrá a todas luces el consiguiente efecto de creación de un nuevo escenario de contundente relevancia histórica bien evidente en el conjunto del medievo hispánico.
Reseña del editor:
El texto arranca con don Juan y don Luis, en presencia del comendador, recapitulando cuál de los dos ha ganado una vieja apuesta amorosa. Don Luis no reconoce del todo su derrota y, llevado por la ira, acepta el reto que le lanza don Juan de conquistar a su prometida, doña Inés. El Tenorio cumplirá su amenaza. Despechado, don Luis, en compañía del comendador, decide acudir al encuentro de don Juan, que da muerte a ambos para, a continuación, huir. Pasados cinco años regresa para descubrir que doña Inés ha muerto. Mientras se lamenta, la sombra de ésta aparece y le advierte de que si realmente quiere morir tranquilo debe arrepentirse de sus fechorías. Dispuesto a ello, invita a cenar a Centellas y Avellaneda. Durante la velada se presenta el espectro del comendador, que sus dos invitados interpretan como una burla de don Juan. En la escaramuza que sigue, don Juan mata a Avellaneda y Centellas le mata a él. Es entonces cuando empieza a arrepentirse, ya muerto. El mito de Don Juan Tenorio se enmarca en pleno Romanticismo. En su obra, José Zorrilla recoge toda una tradición donjuanesca y la adereza con elementos religiosos y románticos, consiguiendo hacer de su personaje un arquetipo humano cuyas características difícilmente pueden ser imitables sin caer en la versión o en el plagio. Don Juan Tenorio se convierte en referencia de un modelo de hombre enfrentado a la muerte y al amor, a la castidad y a la pasión, en el que priman los sentimientos frente a la racionalidad, con todos sus excesos y defectos. Don Juan puede llegar a ser el más calavera, ruín y libertino pero también el más enamorado de los caballeros.
"Sobre este título" puede pertenecer a otra edición de este libro.