Críticas:
Aitor lo sabe o lo ha aprendido: es necesario lidiar con el duelo, la ausencia y la pérdida, para que no se convierta en melancolía. Esa es la tarea que ha hecho con este libro y que lleva haciendo desde el primer e inédito patchwork hasta la última exposición sobre su particular “temporada en el infierno”; en los libritos sobre el heavy metal, los ídolos favoritos, el viaje más largo o la historia escrita sobre su propia piel. Todos son una suerte de novela gráfica dispersa, de autorretrato múltiple y preciso en el que, no obstante -o quizá por eso mismo-, resulta fácil que todo el mundo se sienta identificado; se busque y se encuentre – al final, toda biografía se parece y todos vivimos un poco en la melancolía. Sus punzantes pinceladas, escritas y pintadas, son como el Money shot del sentimiento; la historia de la inocencia contada de modo nada inocente; que su “estilo” infantil no les engañe, no hay nada en sus dibujos dejado al azar (cuando queden atrapados en verdes claustrofóbicos, desesperados grises o luminosos amarillos lo entenderán). Sí, es tan amargo volver como necesario hacerlo. Sinceramente, me alegro de que Saraiba lo haya hecho (y cómo lo ha hecho, una vez más), y confío en que siga. Julio Pérez Manzanares
Reseña del editor:
EL HIJO DEL LEGIONARIO Mi padre se llama Antonio y aunque hace mucho que no vive en Patrocinio todo el mundo le conoce. Todo el mundo le conoce como Antonio, Antonio el Legionario. Yo llevo toda mi vida intentando conocerle... por cierto me llamoAitor Saraibay esta es la historia de mi vida y seguro que también un poco la de mi padre. “Lo bueno es que ya no somos los mismos que cuando vinimos”. Aitor Saraiba
"Sobre este título" puede pertenecer a otra edición de este libro.