A lo largo de la narración, su autor, Pedro Ripol, relata una apasionante travesía marítima de más de dos meses en alta mar, cruzando el Atlántico exclusivamente a remo y sin asistencia de ningún tipo. Así, adentra al lector en el océano bajo un sol de fuego, o en medio de tormentas tropicales con vientos huracanados, junto a espectaculares ballenas, piratas imaginarios, difíciles rescates, mágica luz líquida, noches pintadas por cientos de estrellas fugaces... Momentos de sufrimiento, miedo y agotamiento que se alternan con los de optimismo, placer y espiritualidad. Sin embargo, además de aventura y emoción, Ya sabía yo que en avión era más fácil... guía al lector a través de la ruta de Colón, mediante la descripción de técnicas de navegación, de supervivencia, de superación personal y de control en situaciones extremas. Tal como afirma el autor, "el libro es todo un propósito de vida inspirado en un pensamiento positivo". En apoyo a la Asociación benéfica San Lázaro-Amor a los Niños, el autor, junto con su amigo y compañero Bombero Voluntario de Adeje, Pancho Korff, participaron como el primer equipo español en la regata a remo más larga del mundo, en el año 2001. Zarparon desde el Sur de la isla de Tenerife y arribaron a la isla de Barbados (El Caribe) tras navegar 2.835 millas (5.250 km) en una pequeña barca de 7 metros de eslora, invirtiendo en dicha travesía 61 días, 15 horas y 29 minutos. Asimismo, esta increíble aventura contó con el Patrocinio Honorífico concedido por S.A.R el Príncipe de Asturias.
"Sinopsis" puede pertenecer a otra edición de este libro.