Reseña del editor:
Este libro incide sobre la importancia que tiene el sentido del tacto en nuestra experiencia perceptiva del espacio y en nuestra comprensión del mundo, pero también pretende crear una especie de cortocircuito conceptual entre el sentido dominante de la vista y la modalidad sensorial del tacto, esta última reprimida en la percepción de nuestro entorno.
Junto a la crítica de la hegemonía que ha tenido la visión en la historia de la arquitectura, este estudio reconsidera también la esencia misma de la vista. Todos los sentidos, incluida la vista, son prolongaciones del sentido del tacto; los sentidos son especializaciones del tejido cutáneo, y todas las experiencias sensoriales son modos de tocar. Nuestro contacto con el mundo tiene lugar en la línea limítrofe del yo, a través de partes especializadas de nuestra membrana envolvente.
Extracto. © Reimpreso con autorización. Reservados todos los derechos.:
Texto del prólogo:
‘Hielo fino
por Steven Holl
Cuando me senté a escribir estas líneas en la lluviosa Nueva York, pensé en la nieve nueva recién caída en Helsinki y el hielo fino temprano, y recordé historias del frío invierno en Finlandia, donde cada año se improvisan carreteras como atajo que cruzan por el hielo grueso de los lagos del Norte. Meses más tarde, cuando el grosor del hielo haya disminuido, alguien se arriesgará a cruzar el lago en coche y a hundirse. Me imagino una última visión de las grietas en el hielo blanco que se resquebraja y el agua helada negra emergiendo dentro del coche que se hunde. Finlandia es de una belleza trágica y misteriosa.
Juhani Pallasmaa y yo comenzamos a compartir ideas sobre la fenomenología en arquitectura durante mi primera visita a Finlandia con motivo del V Simposio Alvar Aalto celebrado en Jyväskylä, en agosto de 1991.
En octubre de 1992 nos volvimos a ver en Helsinki, donde yo me encontraba trabajando en el concurso del Museo de Arte Contemporáneo. Recuerdo una conversación sobre los escritos de Maurice Merleau-Ponty, sobre cómo podrían interpretarse o dirigirse hacia la secuencia espacial, la textura, el material y la luz, experimentados en la arquitectura. Recuerdo que esta conversación tuvo lugar comiendo a cubierto en un enorme barco de madera anclado en el puerto de Helsinki. El vapor salía en volutas de un plato de sopa de verduras, mientras el barco se mecía ligeramente en las aguas del puerto parcialmente congeladas.
He experimentado la arquitectura de Juhani Pallasmaa, desde sus maravillosas ampliaciones del museo de Rovaniemi hasta su casa de madera de veraneo situada en un extraordinario islote rocoso del archipiélago de Turku, al sudoeste del país. El sonido y el olor de estos espacios y cómo se sienten tienen el mismo peso que el aspecto de las cosas. Pallasmaa no es sólo un teórico; es un arquitecto brillante con una perspicacia fenomenológica. Practica la inanalizable arquitectura de los sentidos cuyas propiedades fenomenológicas concreta en sus escritos, que tienden hacia una filosofía de la arquitectura.
Por invitación de Toshio Nakamura, en 1993 trabajamos junto a Alberto Pérez-Gómez en la producción del libro Questions of perception: phenomenology of architecture. Algunos años más tarde, la editorial, A + U, decidió reeditar este librito pues creía probado que sus argumentos eran importantes para otros arquitectos.
Los ojos de la piel de Juhani Pallasmaa, un libro que nace de Questions of perception, es un argumento más claro y ajustado en favor de las decisivas dimensiones fenomenológicas de la experiencia humana en arquitectura. Desde que el arquitecto danés Steen Eiler Rasmussen escribiera, en 1959, La experiencia de la arquitectura no ha habido un texto tan claro y conciso que pueda servir a estudiantes y arquitectos en esta época crítica para el desarrollo de la arquitectura del siglo XXI.
El libro que Merleau-Ponty estaba escribiendo cuando murió, Lo visible y lo invisible, contiene un capítulo asombroso: ‘El entrelazo – El quiasmo’ (de hecho, éste fue el origen del lema que puse al proyecto de concurso de 1992 para el Museo de Arte Contemporáneo de Helsinki; se cambió chiasma [quiasmo] por kiasma, porque en finlandés no existe la ‘c’). En el capítulo ‘Horizonte de las cosas’, Merleau-Ponty escribió: ‘No más que el cielo y la tierra, el horizonte es una colección de cosas que se mantienen unidas, o un nombre de clase, o una posibilidad lógica de concepción, un ser por porosidad, por preñez, o por generalidad’.
En la primera década del siglo XXI estas ideas van más allá del horizonte y ‘bajo la piel’. Los bienes de consumo lanzados en todo el mundo mediante las técnicas hiperbólicas de la publicidad sirven para reemplazar nuestras conciencias y difuminar nuestra capacidad reflexiva. En arquitectura, la aplicación actual de nuevas técnicas supercargadas digitalmente se unen a la hipérbole. En este ruidoso fondo, la obra de Pallasmaa evoca soledad reflexiva y resuelve lo que en su día él denominó ‘la arquitectura del silencio’. Instaré a mis alumnos a que lean esta obra y a que reflexionen sobre el ‘ruido de fondo’. Hoy en día ‘la profundidad de nuestro ser’ pisa hielo fino.’
Copyright del texto: Steven Holl y Wiley-Academy, Chichester (West Essex)
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL
"Sobre este título" puede pertenecer a otra edición de este libro.