Reseña del editor:
*AUTORES: José L. Campal, Agustín Calvo Galán, Eva Hiernaux, j seafree, José Carlos Velázquez y Alfonso Aguado Ortuño ****** “Avenirse a devenir. He ahí la cuestión.” Vaciarse. Hallar la caducidad de los mandatos, significa licuar cerrojos. Es diluir la inmune identidad para transmutar en espacio, ni siquiera en fondo. El derrumbe de los muros recibiendo en la oquedad la presencia del otro. Pura alteridad. Evanescente huella en el desierto de quien, profeta, sabe escuchar la novedad. Esa voz desconocida que emerge desde la ipseidad; por momentos en grado tan íntimo capaz de albergar lo sagrado de toda existencia. Incluida la soledad como labios de una misma herida surgida entre los intersticios de la pérdida (José L. Campal) o en la devota entrega y la confesión (Agustín Calvo Galán). También la sugerencia de la palabra ignota, resonancia de lo inefable (Alfonso Aguado Ortuño) o a partir del absoluto ilusorio de la nada (José Carlos Velázquez). Aquí, sorteando el vértigo y el filo gélido de la ausencia, estos creadores abisales, nos iluminan con sus voces. Alguno desde los pliegues y en las costas (j seafree) mientras, otros, nos inquieren ante el desasosiego de la espera, la duda y el olvido (Eva Hiernaux). Aún en los lares umbríos de algunos versos, hay preñez que es dación y sentido: revelación. Y así, en el desgarro de la mismidad o en la búsqueda de sí mismos, nuestros poetas gestan otras pariciones. Cada quien renueva la fluidez precisa con el tejido de su dicción. Zurcen la fisura subyacente en la angustia regalándonos lo imprescindible: creaciones con las cuales nos sentimos hermanados. No es poca cosa en tiempos de tsunamis, de falsas monedas e indignas globalizaciones. Adrián Dorado
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