Reseña del editor:
Francisco Layna Serrano es, quizá, el personaje más relevante de la cultura del siglo XX en Guadalajara. Hijo de médico rural nació en Luzón el 27 de junio de 1893, y en Ruguilla pasaría su infancia hasta llegar al Instituto de Guadalajara, donde se hizo Bachiller; de aquí pasó a la Universidad madrileña para licenciarse en Medicina en 1916, especializándose en otorrinolaringología. Colaboró en diversas revistas médicas, dando a la imprenta obras de referencia para su época, como “Ensayos sobre Otorrinolaringología” (1921), o “Reflexoterapia endonasal” (1929). Sin embargo, la dedicación a la historia de su tío Manuel Serrano Sanz, le hizo inclinarse por ella al ser nombrado, Serrano Sanz, Cronista Provincial. Con su primer trabajo “El Monasterio de Óvila” (1932), se dio a conocer en la provincia al alzar la voz contra la expatriación del monumento. A continuación vio la luz su obra: “Castillos de Guadalajara” (1933). A la muerte de su tío Manuel le sucedió en el cargo de Cronista Provincial, ingresando, como Académico correspondiente, en las Reales de Bellas Artes y de la Historia, publicando otro de sus libros: “La arquitectura románica en la provincia de Guadalajara” (1935). Posteriormente la que será una de sus grandes obras: “La Historia de Guadalajara y sus Mendozas” (1942), que le valdría el premio Fastenrath, así como el ingreso en la Hispanic Society of América. Los “Conventos antiguos de Guadalajara” (1945); la “Historia de la Villa de Atienza” (1946), y la “Historia de la Villa condal de Cifuentes” (1955), formarán parte de sus grandes obras, junto con numerosos estudios y monografías provinciales, entre las que cabe citarse La Caballada de Atienza o el Palacio del Infantado de Guadalajara. Colaboró en la prensa provincial y nacional. Siendo, además, pionero de la fotografía, dando a la imprenta, junto al también fotógrafo guadalajareño Tomás Camarillo: “La provincia de Guadalajara; descripción fotográfica de sus comarcas” (1948). Dotado de un gran carisma en cuanto a liderazgo, ya en 1914 fue uno de los líderes en las huelgas estudiantiles universitarias, reunió a su alrededor a la élite de la cultura provincial, formando parte de la fundación de la Casa de Guadalajara en Madrid (1933), o de la tertulia “La Colmena” (1947); así como de numerosas iniciativas que buscaron el desarrollo social, cultural y turístico de la provincia, . Su trabajo se vio recompensado con los nombramientos de Hijo Predilecto de la Provincia, y de Luzón; Hijo Adoptivo de Ruguilla, de Atienza y de Cifuentes. Recibiendo la Encomienda de Alfonso X el Sabio, la Cruz de la Beneficencia, la Medalla de Arte y Literatura, etc. Falleció en Madrid el 8 de mayo de 1971 siendo enterrado, al día siguiente, en el cementerio de Guadalajara.
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