El Clero y la Arqueología española: (II Reunión andaluza de historiografía arqueológica): 4 (SPAL Monografías Arqueología) - Tapa blanda

Recoge las intervenciones de distintos especialistas en la II Reunión Andaluza de Historiografía Arqueológica, celebrada en Sevilla durante el año 2001. Prosigue la línea de investigación historiográfica de la Arqueología española que se inició en la I Reunión, cuyas Actas se editaron en el volumen III de Spal Monografías

Presentamos en este volumen los resultados de la "11 Reunión Andaluza de Historiografía Arqueológica", que organizamos en la Universidad de Sevilla a fines del año 200 1, dedicada al tema de las relaciones entre Clero y Arqueología en España durante las Edades Moderna y Contemporánea, especialmente entre los siglos XVIIl a XX. Con su disponibilidad habitual el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla cedió su sede para el desarrollo de las sesiones, por lo que le manifestamos nuestro público agradecimiento, extensible a aquellos otros que posibilitaron la realización de aquella reunión con su respaldo y apoyo económico, como nuestro Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, el Vicerrectorado de Relaciones Institucionales y Extensión Universitaria de esta misma Universidad, el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS), en las figuras de su anterior director D. Juan del Río y del actual D. José Mazuelos, y el Grupo de Investigación del Plan Andaluz de Investigación "Historiografía y Patrimonio Andaluz" (HUM 402). Entre los múltiples factores que han condicionado a lo largo de los siglos XVI al XX los precedentes, origen y desarrollo de la actual disciplina arqueológica en nuestro país, ha sido importante la influencia que ha ejercido la religión católica, tanto por los condicionantes que su doctrina ha impuesto con mayor o menor fuerza a lo largo del tiempo, cuanto como resultado de la acción directa de diversos miembros del estamento eclesiástico, que en muchas ocasiones han sido protagonistas meritorios de la práctica de las actividades anticuarias y arqueológicas en España. Durante el Antiguo Régimen estos factores tuvieron una mayor incidencia y puede afirmarse que casi de forma exclusiva fueron representantes del clero en sus diversas jerarquías los que cubrieron ese espectro amplio y diversificado de intereses anticuarios en una sociedad como la española donde fue el cuerpo eclesiástico el que alentó entonces los intereses eruditos. Ese predominio es constatado durante los siglos XVI y XVII Y ,junto a logros destacados, también debemos tener presente que muchas veces los criterios que debían regir el estudio entraban en conflicto con las extendidas mixtificaciones históricas, plenas de contenido religioso, sobre todo a partir de la asunción de las expresadas en los llamados "falsos cronicones"; además, el proceso secularizador -y en muchos casos antieclesiástico- que impregna el movimiento de la Ilustración en otros países europeos no tiene ese carácter tan acusado en España, donde los círculos ilustrados son más reducidos y, en el ámbito de los estudios históricos y anticuarios, ocupados todavía mayoritariamente por miembros del clero. Ese fenómeno es aún más evidente si salimos de la corte madrileña, donde tutelaron el proceso las nuevas instituciones oficiales, entre las que destacaron las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de S. Fernando, y nos adentramos en contextos provinciales. bien vinculados a instituciones (por ejemplo, en el caso del onubense Antonio Jacobo del Barco en su relación con la Academia de Buenas Letras de Sevilla) o a centros religiosos (como ocurre en el monasterio de S. Isidoro del Campo en Santiponce a través de su vinculación al yacimiento de Itálica), bien como simples curas de pueblo que, como en los casos recogidos de Caria del Río, Puebla del Río y Dos Hermanas, con mayor o menor fortuna y dedicación conocen los restos arqueológicos del pasado. El panorama cambiará a lo largo del siglo XIX y principios del XX, cuando de forma progresiva se ha ido constituyendo la arqueología como una disciplina científica y grupos intelectuales y académicos laicos nutridos de la nueva clase burguesa irán sustituyendo a los eclesiásticos en el papel director de las actividades y el estudio arqueológicos; sin embargo, en España la formación arqueológica sólo se vinculará a la Universidad a partir de los cambios producidos en el año 1900, demostrando nuestros retrasos, carencias y peculiaridades con respecto a otros países de nuestro entorno, como Alemania, Francia, Inglaterra o Italia. Durante la segunda mitad del siglo XIX también tiene un papel singular el proceso de gestación de la Arqueología prehistórica, lo que en principio traerá un nuevo conflicto entre los planteamientos científicos en relación al origen del hombre y la doctrina bíblica, que se resolverá en la España de la Restauración finisecular. Ello no quiere decir que el clero se desconectara totalmente de la arqueología española en la Edad Contemporánea, pero sí ya sin ese carácter de exclusividad que había tenido hasta entonces. Otros trabajos de este volumen ilustran destacadas actuaciones entre los últimos decenios del siglo XIX y los primeros del XX en temas como el descubrimiento e interpretación de la cultura y el arte ibéricos por parte del padre Lasalde y los Escolapios de Yecla, o la actuación del cura Jurado en su ámbito parroquial de Niebla o, finalmente, los estudios específicos del paleolítico en España, a partir del testimonio del profesor Enrique Vallespí, compañero hasta su jubilación en el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Hispalense. Somos conscientes de que estos ocho trabajos que se editan, con alguna ausencia que no hemos podido subsanar, son sólo un acercamiento lógicamente parcial, una pequeña contribución a un tema de estudio de enorme complejidad, pero asimismo de gran interés para comprender el propio desarrollo de nuestra disciplina. La ideología católica ha sido un factor determinante en ese proceso en España, pero sobre todo cuando quienes desarrollaban las actividades anticuarias y arqueológicas eran miembros del estamento eclesiástico, que son los que han centrado nuestro interés en esta ocasión. A la publicación de la "I Reunión Andaluza de Historiografía Arqueológica", que bajo el título “Arqueología fin de siglo, La Arqueología española de la segunda mitad del siglo XIX”, dimos a la luz en el volumen tercero de la serie Spal Monografías, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, sigue sin solución de continuidad esta edición de la segunda reunión en el volumen cuarto. Es por ello motivo de satisfacción reiterar nuestro reconocimiento y agradecimiento al citado Departamento de Prehistoria y Arqueología y al Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, que lo han hecho posible, y, finalmente, al Vicerrectorado de Relaciones Institucionales y Extensión Universitaria de la Universidad de Sevilla y a la Fundación El Monte que, con la habitual generosidad, han subvencionado esta edición. LOS EDITORES